La caza desigual del voto de Ciudadanos
Los candidatos socialistas han usado estrategias diferentes
Las empresas demoscópicas estiman que en las elecciones catalanas Salvador Illa fue el principal destinatario de los votantes de Ciudadanos en el 2017 que este 2021 decidieron cambiar de partido. Fueron entre 150.000 y 200.000 papeletas que permitieron al PSC ganar las elecciones — empatado a escaños con ERC— y recuperar la hegemonía en el campo no independentista.
El botín en las elecciones madrileñas tampoco es menor. En el 2019, Cs obtuvo 630.000 votos, casi un 20% del total, que le sirvieron para entrar en el Gobierno regional y convertir a su candidato, Ignacio Aguado, en vicepresidente. Y las predicciones apuntan a que esta vez se quedarán fuera de la Asamblea. Sin embargo, las estrategias de campaña de los socialistas en Cataluña y en Madrid no han coincidido: mientras que Illa fue desde el principio hasta el final a por esos votos —con mensajes como que no gobernaría con los independentistas o subrayando siempre que podía que se siente tan español como catalán—, Ángel Gabilondo ha pasado de lanzar anuncios en la misma dirección a, aparentemente, desentenderse de esos votantes cuanto más se acercan las elecciones. La razón es que en la sala de máquinas socialistas creen que en Madrid hay menos opciones de atraer a un gran número de votantes de Ciudadanos que en Cataluña.
En el PSOE estiman que la bolsa de votos de Cs que su candidato puede llegar a captar puede contener, con suerte, unas 60.000 papeletas. Aunque constatan que son pocas comparadas con las que se llevó Illa, ni mucho menos las desprecian: en una elección tan ajustada, si caen del lado socialista pueden significar que las derechas pierdan la mayoría absoluta e Isabel Díaz Ayuso pierda el Gobierno. «Pero la mayor parte de quienes apoyaron a Cs en el 2019 van a apoyar esta vez al PP», se resignan las mismas fuentes. «La derecha está hipermovilizada desde antes de las elecciones, y aunque un partido de izquierdas ponga mil pancartas en el barrio de Salamanca, poco va a rascar», añaden. Y apuntan una última razón por la que Illa fue capaz de arrastrar a más votantes de los que parece que atraerá Gabilondo: «En Cataluña, Cs no es tan de derechas.