Ferraz activa las primarias en Andalucía
Sánchez se adelanta a Díaz y la ejecutiva del PSOE aprueba hoy la elección del candidato
Apenas se escuchaba ya el ruido interno. Pasada la guerra fratricida del 2017, y sobre todo tras la llegada al poder de Pedro Sánchez al año siguiente y las victorias electorales del 2019, el PSOE parecía una balsa de aceite. Un partido casi siempre en calma, obediente a su líder, sin apenas contestación interna. Pero el 4-M rompe la tranquilidad. El brutal e inesperado hundimiento del partido en Madrid ha removido las aguas. En varias direcciones. Uno, para intentar levantar un cortafuegos en torno al presidente. Dos, para propiciar la salida del fracasado candidato, Ángel Gabilondo, como portavoz en la Asamblea regional. Y tres, para activar ya la maquinaria de primarias en Andalucía y elegir al cabeza de cartel en las próximas autonómicas, buscando el relevo de Susana Díaz.
Los socialistas despertaron ayer con la pesadilla de la debacle madrileña. La pérdida de 10,46 puntos y 13 escaños en dos años. De vencedor de los comicios en el 2019 a tercera fuerza en votos, por detrás de Más Madrid. Un dramático 16,85% de los sufragios frente al apabullante 44,73% de Isabel Díaz Ayuso, que con sus 65 diputados, a cuatro de la mayoría absoluta, logró más parlamentarios que toda la izquierda junta. El mapa de la región se tiñó de azul PP.
CONMOCIÓN / La conmoción era indisimulable en el partido, se preguntara a quien se preguntara. Las respuestas, incluso en privado, escaseaban. El PSOE había captado el mensaje, reconocía sus pésimos resultados «sin ambages», dijo la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Pero enseguida intentó contener la expansión del incendio, contrarrestar la idea, subrayada por Pablo Casado, de que el 4-M era como una «bomba» en la Moncloa. La número dos admitió que el 4-M tiene su «trascendencia», pero no perturba la labor del Gobierno y de la coalición, ni acerca al poder al PP, porque en Madrid ganó «con el discurso de Vox», y esa fórmula puede no «funcionar» en el resto de España. En el círculo del presidente descartaron cambios en el Ejecutivo para relanzar la legislatura. No habrá, indicaron, una crisis de Gobierno. Al menos por ahora.
LA SALIDA DE GABILONDO / Pero Madrid sigue sangrando. En la noche electoral, Gabilondo dejó su futuro abierto, pero no dio un paso atrás. La presión para que se apartara fue creciendo, pero en su entorno ratificaron que su intención es recoger su acta de diputado y seguir trabajando en la Asamblea los próximos dos años.
El partido, sin embargo, le enseñó la puerta de salida. El secretario de Organización, José Luis Ábalos, le cumplimentó por el «servicio prestado», por el papel «cumplido». Así, en pasado. Y la cúpula del PSOE-M, dirigida por José Manuel
Franco, defiende que deje la portavocía en la Asamblea. Tanto como decirle que no recoja su acta. Ayer, se produjo una primera reflexión en la ejecutiva regional, durante más de tres horas. La alcaldesa de Alcorcón, Natacha de Andrés, apostó por un congreso extraordinario, y a ella le siguieron un puñado de dirigentes. Pero Franco y su núcleo duro no consideran pertinente ni dar paso a una gestora ni ir a un proceso interno ahora, porque el cónclave autonómico está previsto para finales de año. No obstante, la dirección acordó volver a verse la próxima semana para seguir discutiendo sobre las medidas «graves» a tomar para intentar salir del insondable agujero del 4-M. La transición será «ordenada».
El problema que sufre el PSOEM, ahora y antes, es la falta de banquillo. La nómina de aspirantes se reduce casi a aquellos a los que la Moncloa ha promocionado en listas para estas elecciones: Hana Jalloul, exsecretaria de Estado de Migraciones y número dos de la candidatura; Juan Lobato, el cuatro y exalcalde de Soto del Real, o Mónica Carazo, la coordinadora de campaña y sexto puesto.
PRIMARIAS ANDALUZAS / Ferraz no quiere tampoco más turbulencias en el PSOE-M y prefiere que los cambios cuajen en el congreso regional. Pero, a cambio, activará hoy mismo, en la reunión de la ejecutiva federal, las primarias para elegir candidato a la Junta de Andalucía. El objetivo es relevar a Díaz y aupar al alcalde de Sevilla, Juan Espadas. La dirección responde a la presión de los críticos y de las agrupaciones provinciales de Granada, Cádiz y Jaén, que habían pedido el adelanto. Aprovecha la percha del 4-M para encender la maquinaria en una pelea que se prevé ajustada y dura. Desde el equipo de Sánchez insisten en que no pueden permitirse que se repita lo de Madrid, un anticipo en las urnas que pille a contrapié. Juanma Moreno, el presidente de la Junta, volvió a descartarr una convocatoria, pero Ferraz no se fía.
Díaz tenía ya de antemano convocada a su dirección para hoy. Según su entorno, intentó contactar con Sánchez, sin éxito. «Se le informó de que se pondrán en marcha las primarias ya», contaban en el entorno de presidente. Un dato que niegan fuentes próximas a la baronesa. «Lo que se pretende es tapar el batacazo de Madrid con un proceso orgánico», explican. La batalla entre los dos rivales de 2017, Sánchez y Díaz, resucita. En la federación más poderosa del PSOE y en medio de la conmoción por el cataclismo del 4-M.