Córdoba

El PSOE fuerza cambios en Madrid para reconducir la federación

Dimite el líder de los socialista­s madrileños y Gabilondo renuncia al acta tras la debacle Mucho malestar y múltiples amenazas de dimisión en las agrupacion­es socialista­s

- JUANMA ROMERO cordoba1@elperiodic­o.es

El PSOE está desperezán­dose, comenzando a mover fichas tras el naufragio del 4-M. Recomponié­ndose. Dispuesto a lanzar el mensaje de que ha tomado nota y compelido a proteger su pieza más valiosa, la del presidente del Gobierno y secretario general, Pedro Sánchez. Esa doble pulsión explica los primeros movimiento­s orgánicos de ayer: la dimisión del secretario general del PSOE madrileño, José Manuel Franco; la renuncia a su escaño del candidato, Ángel Gabilondo –ingresado por una arritmia–, y el reinicio del viejo pulso entre Ferraz y la baronesa andaluza, Susana Díaz. Una secuencia en tres actos cuyo hilo conductor es la hecatombe electoral. Franco, un dirigente que apoyó a Sánchez en su cruzada contra Díaz en las primarias del 2017 y al que siempre ha permanecid­o leal, se planteó su salida tras confirmars­e la derrota del 4-M. Pero el aparato federal le pidió esperar, no tomar una «decisión repentina». El líder del PSOE-M resolvió aguantar. El paso de las horas, sin embargo, complicó su continuida­d. La reunión de su ejecutiva regional del miércoles fue larga y turbulenta, y varios cuadros demandaron su caída y la convocator­ia de un congreso extraordin­ario. Un miembro de la cúpula, el secretario de Pequeños Municipios, José Luis Valdelvira, dejó su cargo. Del encuentro salió el acuerdo para proceder a una «transición ordenada» en el PSOEM, hasta el siguiente congreso.

/ MUCHO MALESTAR EN EL PSOE-M Ayer, la presión arreció. «Esto se rompía. Había múltiples amenazas de dimisión, mucho malestar en el PSOE-M, la situación no aguantaba más, la gente pedía cambios», relataban desde Ferraz. Fuentes próximas a Sánchez precisaron a este diario que no se forzó a Franco a marcharse: «No tenía por qué sacrificar­se más y constituir­se en chivo expiatorio, los medios estaban deseosos de encontrar a alguien para seguir tensionand­o». Poco antes de las 17 horas, la dimisión ya era un hecho. Franco explicaba que su salida buscaba que no se utilice la catástrofe en Madrid «para atacar al PSOE y al Gobierno de España».

El secretario de Organizaci­ón, José Luis Ábalos, compareció cerca de las 20 horas, y confirmó que Gabilondo no ocupará su escaño en la Asamblea de Madrid. El candidato, el miércoles, había hecho saber a través de su entorno que recogería su acta. Pero el ruido interno, de nuevo, creció. «Si alguien tenía claro lo que tenía que hacer era él», mantuvo Ábalos, quien glosó su «calidad» y «dignidad» y su «servicio prestado» al partido. Ferraz pretende que el incendio no llegue a sus puertas. Y menos a las de la Moncloa. Por eso, el jefe del aparato insistió en que la responsabi­lidad es «colectiva», incluso de él mismo. Ha habido fallos de comunicaci­ón y de estrategia, reconoció, pero el partido no va a hacer «ajustes de cuentas». «No somos de la cultura del desprecio a quienes han intentado aportar lo mejor. Con éxito o sin éxito», respondió a la pregunta directa de si debiera asumir algún tipo de responsabi­lidad el equipo del presidente en la Moncloa, liderado por su jefe de Gabinete, Iván Redondo. En la reunión de la dirección, de hecho, se escucharon críticas indirectas al diseño de campaña, a los «bandazos». Pero el entorno de Sánchez quiere pasar página, diluir la responsabi­lidad y protegerlo de las llamas.

El tercer movimiento se produjo en Andalucía. Díaz y su ejecutiva reclamaron «por unanimidad» a Ferraz que activara ya el proceso de primarias para elegir al candidato de la Junta. Un paso al que se vio forzada por la presión de la cúpula federal, que quiere que el partido esté «preparado» por si el presidente andaluz, Juanma Moreno, adelanta las elecciones. Díaz confirmó que se presenta a la batalla. Enseguida dio el paso su rival, el ungido por Ferraz: el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. La pelea reproduce el esquema del 2017, el pulso de Sánchez y Díaz. (Más informació­n sobre el proceso andaluz, en páginas 24-25).

La dirección del partido busca un cortafuego­s que blinde a Sánchez y al Gobierno de la crisis

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JOSÉ MANUEL FRANCO Reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE de ayer, presidida por Pedro Sánchez.

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