Ilusión. Se ha notado muchísimo y cuatro meses cerrados para un negocio pues...»
navarra preguntaba «¿cuánto lleva abierto?», reaccionaba con una risa a la respuesta. Puede que muchos de los visitantes que ayer llenaron las mesas del Mercado no supieran que ya hace casi una década desde que sus pasillos son refugio del comer y del vivir de la ciudad.
Y, aunque parezcan 20 años, como dice el gerente, Francisco Mulero, el Mercado Victoria rebosa juventud. Como las palmeras doradas erigidas en la zona de discoteca, el recinto se ha mantenido firme durante la pandemia. Parte de responsabilidad la tiene la propiedad. Como explica Mulero, desde marzo hasta diciembre del 2020 el alquiler se redujo al 50%. Y, desde enero de este año, no se ha cobrado nada. Para Lidia, de Arrocería y Pulpería de la Victoria, «sin eso hubiera sido imposible».
Podía parecer ayer que el recién estrenado decorado rodeando a los turistas y a los cordobeses que se alternaban con ellos fuera el culmen de los trabajos. Pero la reapertura no es sinónimo del fi
Zona de discoteca
Arrocería y pulpería
Decorado renovado y primeros clientes.
Lidia prepara un plato en el puesto del Mercado.
nal de unas labores que, como indica Mulero, continúan. Eso sí, el Mercado Victoria ha echado a rodar y, con los motores en pleno funcionamiento, el gerente espera retomar la vía más amplia de la recuperación. Desde hoy los bares podrán abrir hasta la medianoche. Los aforos, además, con 10 personas en las terrazas y ocho en el interior aumentarán cuando lo concrete el próximo BOJA. Pero, sobre todo, la nueva relajación de restricciones prevista permite al recinto abrir una de las zonas más limitadas hasta el momento. Hasta las 2.00, la discoteca tendrá vía libre para elevar la música y acoger al público esta noche.
Pese a que, como señalaba Lidia, «no es lo mismo que antes», el
coronavirus no ha tumbado ninguno de los negocios. El parón, además, no ha hecho más que acrecentar las ganas tanto de los clientes como de los hosteleros que trabajan allí. Francisco Mulero asegura haber sido testigo de un sinfín de llamadas al recinto, que en ningún momento bloqueó los teléfonos. ¿Para qué? Según el gerente, para conocer la fecha de apertura. «Hay muchísima ilusión», decía ayer Rosa, de La Salmoreteca. Porque la crisis «se ha notado muchísimo y cuatro meses cerrados para un negocio pues...». Aun así, «aquí estamos», exclamaba la cordobesa. «Es como un último cartucho y a ver qué tal». Y, como añadía Lidia, «si seguimos aquí...».