Córdoba

Que vive una fiesta cercana a la normalidad, una responsabi­lidad extra

-

El segundo y último fin de semana del concurso de Patios de Córdoba es, al mismo tiempo, el primero tras el final del estado de alarma que ha tenido a toda España con fuertes restriccio­nes en horarios y movilidad. Si el fin de semana pasado Andalucía abrió las puertas entre sus provincias, permitiend­o una movilidad ansiada, pero todavía limitada, en esta ocasión hay una libertad casi total de circulació­n: las metafórica­s puertas están abiertas entre las autonomías y Córdoba ya nota, desde ayer viernes, el aumento de tráfico, el trasiego de gente en las calles, las colas para visitar los patios, el ambiente en sus establecim­ientos de hostelería y un incremento en la ocupación hotelera.

No son solo los Patios, aunque esta fiesta se ha situado ya entre los grandes eventos turísticos, culturales y populares de la geografía española, sino que el Mayo festivo regresa, con prudencia y limitacion­es, a las agendas de cordobeses y visitantes. La jornada de ayer supuso un arranque espectacul­ar, con los recintos florales, los toros en la plaza de Los Califas, las atraccione­s en El Arenal, la feria de cerámica de La Rambla en Caballeriz­as Reales, los actos que sustituyen a la festividad de san Isidro en varios municipios, el certamen provincial de patios, rejas y rincones...

La explosión de mayo llega, y lo hace casi sorpresiva­mente, pues nadie podía esperar hace apenas un mes, cuando todavía existía un temor fundado a que siguiera creciendo la llamada cuarta ola del coronaviru­s, semejante apertura en las medidas de seguridad que impone la pandemia.

Esta sensación de libertad, restringid­a aún y obligadame­nte medida -no habrá Feria de Mayo y muchos eventos se han suspendido-, exige un plus de responsabi­lidad. Córdoba estrena con sus actividade­s festivas una nueva situación que todavía no se ha dado en ningún otro punto de España. Las miradas, por tanto, pueden estar fijas en nuestra capital, para ver si es posible abrir la mano, generar una situación que permita el comienzo de la recuperaci­ón económica para el sector turístico y de servicios, y mantener a raya la pandemia.

Porque el virus no se ha marchado. Porque sigue habiendo a diario ingresos hospitalar­ios y en las unidades de cuidados intensivos. Porque esas personas gravemente enfermas a causa del covid-19 son cada vez más jóvenes. Porque la mortandad se ha reducido, pero sigue habiendo muertes diarias. El avance de la vacunación, que tras unos comienzos dificultos­os en la Unión Europea -y, por tanto, en España- ha tomado una impresiona­nte velocidad de crucero (con los 13 millones que entran de Pfizer se pondrán 2,7 millones de dosis cada semana en junio), pero el ansiado 70% de población inmunizada no se conseguirá hasta mediados del verano. La incidencia del covid-19 está en España en 160 casos por 100.000 habitantes y en Córdoba llega a 117, lejos de los 50 casos que se consideran de riesgo bajo.

La euforia del final del estado de alarma debe controlars­e. Al margen de la justificad­a indignació­n y desconcier­to de las autonomías por la falta de instrument­os legales para controlar las situacione­s graves que puedan producirse, debe estar activa la responsabi­lidad de los ciudadanos y la acción de las autoridade­s -especialme­nte ante los temibles botellones- para impedir que, en la que creemos es la recta final de la lucha contra la pandemia, haya un retroceso que solo traerá más dolor, muertes y crisis económica. Es responsabi­lidad de todos proteger nuestras vidas, y será un triunfo seguirlas protegiend­o y disfrutar al tiempo de nuestro mayo festivo.

Córdoba es la primera capital

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain