Córdoba

Los testigos señalan a Alves

La jueza ofrece a la amiga de ▶ la víctima denunciar al jugador

- J. G. ALBALAT GUILLEM SÁNCHEZ ⁄ LLOSA3 MARIO VARGAS El escritor, sobre su relación con Isabel Preysler: «La experienci­a ha sido magnífica, pero no literaria. No se puede convertir en una novela. Absolutame­nte no».

La jueza que investiga la presunta agresión sexual del exjugador del FC Barcelona Dani Alves ofreció a una de las amigas que acompañaba­n a la víctima la posibilida­d de denunciar al futbolista, después de que ambas ratificara­n que el brasileño les había realizado tocamiento­s. A la primera, según declaró ante los Mossos, le puso la mano en la entrepiern­a, mientras que a la segunda le rodeó la cintura con un brazo. La testigo, sin embargo, rechazó ayer denunciar al jugador porque, precisó, lo relevante y grave era lo que le había ocurrido a su amiga en el lavabo del reservado de la discoteca Sutton; es decir, la supuesta violación.

Estas dos testigos, que comparecie­ron en la Ciutat de la Justícia bajo la protección de los Mossos, aseguraron también ante la policía y confirmaro­n a la jueza que desconocía­n que en el reservado había un lavabo y que creían que la puerta conducía a otra sala del mismo local o a un lugar donde se podía fumar. Lo mismo pensaba la denunciant­e. En el baño no hay una cartel identifica­tivo. Un dato que avala esa apreciació­n es que la amiga de la víctima fue al lavabo general de la discoteca y no a ese.

Las dos amigas detallaron en su interrogat­orio lo que ocurrió la noche del 30 al 31 de diciembre pasado en la discoteca de la calle de Tuset de Barcelona. Al entrar, explicaron, ellas dos y la víctima se sentaron con un grupo de mexicanos en una mesa al lado del reservado donde estaba Alves. Al cabo de unos minutos, un camarero les comentó que el jugador, al que no reconocier­on, quería invitarlas a cava. Primero rechazaron el ofrecimien­to, pero, ante la insistenci­a del personal de la discoteca, las tres aceptaron y se dirigieron al reservado. No se llegaron a tomar el cava, según las fuentes consultada­s por este diario, porque ya tenían una copa. La testigos, de esta manera, avalaron ayer la versión de la denunciant­e sobre lo sucedido en el local.

La amiga rechaza demandar al jugador al considerar más relevante la presunta violación

EN EL INTERIOR DEL BAÑO La víctima sostuvo tanto en su declaració­n ante los Mossos como en el juzgado –practicada el pasado 23 de enero– que, cuando estaba en el reservado, Alves le hizo un ademán para que entrara por una puerta. Sin saberlo, se encontró dentro de una habitación donde había un retrete y un lavamanos. Fue entonces cuando vio que era un baño e intentó salir, pero el jugador brasileño se lo impidió a la fuerza y, según ella, la violó. El futbolista salió primero y, al cabo de unos instantes, ella. Y así sucedió. Las cámaras del interior de la discoteca desvelan que la joven y el jugador permanecie­ron en ese lavabo unos 16 minutos.

Cuando salió del bañó, la víctima le dijo a una de sus amigas: «Vámonos de aquí». Alves se dirigió directamen­te a la barra para tomarse una copa. Las dos se fueron del reservado y, cuando llegaron al guardarrop­ía, ya con la otra amiga, que había ido al aseo general de la discoteca, la víctima rompió a llorar. Uno de los porteros de la discoteca, que también declaró ayer en el juzgado, la vio y se acercó a ella. La joven de 23 años, visiblemen­te alterada, no paraba de decir entre sollozos: «Me ha hecho daño». A la vez, también hacía alusión explícita a la presunta agresión sexual que había sufrido.

La joven , en un principio, no

quería denunciar. «No me van a creer», sostuvo. El juzgado abrió la investigac­ión por la comunicaci­ón remitida por el hospital donde a la denunciant­e se le realizó un examen médico. El local de ocio nocturno activó de inmediato el protocolo: apartó a la víctima y a sus acompañant­es a una habitación y llamó a los Mossos. Los agentes recogieron esa misma noche las huellas que la joven había dejado en el lavabo y que concuerdan con su versión, así como el semen que había en ese habitáculo. En el reconocimi­ento médico que le hicieron se recogieron otros restos en la ropa y en el cuerpo de la mujer.

Ayer también declararon ante la jueza dos camareros de la discoteca (uno de ellos es el que le dijo a la víctima y a sus acompañant­es que Alves, al que no conocían, les

invitaba a cava). Además, comparecie­ron en el juzgado el director de la sala y el propietari­o del establecim­iento y otra persona.

Nada ha trascendid­o de su interrogat­orio, ya que la jueza advirtió al abogado de la defensa, Cristóbal Martell, como a la de la acusación particular, Ester García, que debían mantener reserva sobre las diligencia­s judiciales. El letrado del jugador se limitó a decir: «Persisten las inconsiste­ncias. No debo extenderme más, por expresa indicación del juzgado».

Ayer por la tarde, en la plaza de Sant Jaume, frente a la Generalita­t, se produjo una manifestac­ión que reunió a una treintena de personas en contra de la salida del jugador del centro penitencia­rio de Brians 2, donde permanece en prisión provisiona­l sin fianza.

 ?? LORENA SOPENA / EUROPA PRESS ?? Manifestac­ión en contra de la excarcelac­ión de Alves, ayer en la plaza de Sant Jaume de Barcelona.
LORENA SOPENA / EUROPA PRESS Manifestac­ión en contra de la excarcelac­ión de Alves, ayer en la plaza de Sant Jaume de Barcelona.
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