Se enfrenta a prisión por mover dinero de una empresa ficticia
Aparentemente, la entidad se dedicaba a la exportación e importación de bienes
Solo unos correos electrónicos y unos mensajes de Whatsapp bastaron presuntamente para convencer a una mujer, ahora acusada de blanqueo de capitales, de trabajar para ellos. La oferta era clara: abrir cuentas bancarias, mover el dinero siguiendo las instrucciones dadas por los encargados y llegar a ganar entre 200 y 300 euros semanales. Por ese trabajo, ahora se enfrenta a un año de prisión y una multa de 2.000 euros en un juicio de la Audiencia Provincial.
Así relata la Fiscalía de Córdoba en su escrito de calificación, al que ha tenido acceso este periódico, unos hechos tras los cuales existe una empresa ficticia que se dedicaba a la «venta fraudulenta» de productos. Fue tras una de las operaciones falsas cuando saltó la alarma. Un hombre adquirió a través de internet un contenedor que, posteriormente, debían enviarle desde Alemania.
Por esa compra, la víctima transfirió un total de 1.325 euros a la acusada, que se sienta estos días en el banquillo. Dinero que ella misma procedió a ingresar, si
guiendo las directrices de los responsables, en diferentes cuentas de banco que le fueron indicadas por la supuesta empresa.
EUROS/ SEIS CUENTAS Y 48.000 Dicha entidad, en apariencia, se dedicaba a la exportación e importación de productos. Con el cometido que le fue encomendado, precisa la Fiscalía en su escrito de calificación, la acusada de blanqueo llegó a abrir hasta seis cuentas bancarias y a gestionar un total de
48.000 euros de esta empresa «carente de actividad».
De las personas que contactaron con la encargada de gestionar la actividad económica de la empresa fantasma «se desconoce» su identidad, aclara la Fiscalía. La fecha de contacto también es «indeterminada».
Pero el fiscal tiene claro que la acusada ejerció la actividad mencionada «sin guardar la mínima precaución» sobre la operatividad. En ningún momento, considera el Ministerio Fiscal, la mujer tuvo en cuenta el origen o las circunstancias de ese dinero que tenía que mover.
Por todo ello, acusa a la encargada de abrir las cuentas y realizar las transferencias de un delito de blanqueo de capitales. Por tal delito, la Fiscalía solicita un año de prisión y 2.000 euros de multa. Por cada 200 euros impagados, la acusada, juzgada por la Audiencia Provincial, sumaría un día a la pena de privación de libertad.