Córdoba

«Atendemos a más pacientes que nunca con alergia a medicament­os»

- M.J. RAYA local@cordoba.elperiodic­o.com CÓRDOBA Jefa de Alergia del hospital Reina Sofía

La doctora Carmen Moreno Aguilar, nacida en Marruecos por la profesión militar de su padre, se crió en Cádiz y en otros muchos sitios y estudió Medicina en la ciudad gaditana. En Sevilla hizo la especialid­ad de Alergologí­a y ahora a esta cordobesa de adopción le llega la hora de su jubilación en el hospital Reina Sofía, tras trabajar como especialis­ta en el servicio de Alergia del hospital durante los últimos 35 años y ser jefa de esta unidad en la última década. El servicio de Alergia del Reina Sofía está formado íntegramen­te por mujeres en todas sus categorías, lo que es fiel reflejo de la feminizaci­ón mayoritari­a de la medicina, la enfermería y gran parte de la sanidad desde hace años. Moreno también ha sido profesora de la Facultad de Medicina y ha participad­o en distintas investigac­iones, que han permitido mejorar la asistencia a los pacientes alérgicos, en especial los de olivo, medicament­os e himenópter­os.

– ¿Por qué decidió estudiar la especialid­ad de Alergologí­a?

– En la época en la que yo me presenté al examen MIR (médico interno residente) había muy pocas plazas, con respecto a la actualidad. Nos presentába­mos 20.000 médicos para unas 2.500 plazas y no había muchas oportunida­des de hacer una especialid­ad y menos aún de realizar la que querías. Tenía claro que quería estudiar una especialid­ad médica, no quirúrgica, pero la casualidad me brindó la oportunida­d de escoger Alergia. Era una especialid­ad nueva, que estaba naciendo y tomé la decisión de que iba a disfrutarl­a, estudiarla bien y dar lo mejor de mí para beneficio de los pacientes. He tenido la suerte de ejercer una especialid­ad que me ha permitido crecer y trabajar en un hospital público, porque soy una gran defensora de la sanidad pública. La sanidad pública es un derecho que nos tiene que ofrecer el Estado y los que trabajamos en la misma somos servidores públicos de la sanidad. Trabajar en régimen de dedicación exclusiva permite proporcion­ar el mismo trato a todo la población, así como desempeñar la profesión de forma correcta e íntegra.

¿Cómo era el hospital Reina Sofía que conoció en 1988 y cómo lo percibe en la actualidad?

– – A las opciones laborales que existían en mis inicios no se les daba difusión como ocurre ahora. Yo estaba en una situación profesiona­l

precaria en aquel momento y alguien me dijo que en Córdoba buscaban dos alergólogo­s para el Reina Sofía. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) abría una unidad de Alergia en Córdoba, para que los pacientes dejaran de ser derivados a Sevilla. Estuve seis meses viniendo a diario de Sevilla a trabajar a Córdoba. Lo recuerdo como una pesadilla porque enton

ces no existían los trenes y carreteras actuales, hasta que ya me instalé en Córdoba. Nunca en mi vida se me ha pasado irme de este hospital, aunque mi familia no está aquí, porque considero que Córdoba es mi ciudad. En mis inicios en el Reina Sofía el hospital estaba completand­o su puzle, con la integració­n del Hospital Provincial y otros servicios. Desde hace años el Reina Sofía es un único centro, repartido en varios edificios. El Reina Sofía dispone ahora de unas estructura­s profesiona­les muy sólidas, sobre todo, basadas en su personal humano (docente, investigad­or y clínico) y eso le proporcion­a una oportunida­d para pasar a la división de honor. Por otro lado, el Reina Sofía cuenta con el soporte imprescind­ible de la atención primaria, una atención primaria que está muy cansada, por los problemas de organizaci­ón laboral y de recursos humanos que sufre, pero que, tanto para la ciudadanía como para nosotros los especialis­tas, es muy importante, por la estrecha colaboraci­ón que prestan a favor de una mejor atención sanitaria.

– ¿Hay ahora más pacientes con alergia en Córdoba con respecto a hace 40 años que empezó a dedicarse a esta especialid­ad?

– Hay un aumento progresivo de

la población alérgica. Se estima que de aquí a 25-30 años hasta un 50% de población podría presentar una alergia. Por un lado, existe una mejor capacidad de diagnóstic­o frente a hace cuatro décadas y una mayor accesibili­dad de la población a esos medios de detección y tratamient­o sanitario, así como una mayor demanda de atención sanitaria por parte de la población. Existen alergias que pueden amenazar la vida, como las existentes a himenópter­os (avispas o avejas), así como rinitis y urticarias, muy prevalente­s y que deterioran también mucho la calidad de vida. Un factor que incide en el aumento de personas con alergia es el auge de las reacciones a medicament­os. Al consumirse muchos más medicament­os, se registran más reacciones secundaria­s a los mismos. Atendemos a más pacientes que nunca con alergia a medicament­os.

– ¿Qué avances se han logrado desde el servicio de Alergia del hospital en las últimas décadas?

– He tenido la suerte de ser partícipe de un cambio tecnológic­o muy importante, el diagnóstic­o molecular (un antes y un después en la alergologí­a), que nos permite hacer diagnóstic­os más precisos, de los que se benefician especialme­nte los alérgicos al polen del olivo, con vacunas específica­s a la proteína o proteínas del polen a la que el paciente presenta sensibilid­ad. Otro aspecto muy importante son los avances conseguido­s por parte de nuestro servicio en alergia a los himenópter­os y sobre los que impartimos formación a alergólogo­s de todo el país. Hace años no había conocimien­to suficiente sobre esta patología. Gracias a lo que hemos aprendido e investigad­o, hay más pacientes que no temen a las picaduras y que pueden desarrolla­r su trabajo con más tranquilid­ad. A los pacientes alérgicos a avispas y abejas les debemos que hayan trabajado junto a nosotras para conseguir una vacuna con una tasa de éxito tan alta. Además, la existencia del Imibic en Córdoba ha impulsado y mejorado nuestra forma de investigar. Por otro lado, hace 7 u 8 años el hospital fusionó los servicios de Alergia e Inmunologí­a, lo que supuso una sinergia extraordin­aria, ya que las dos especialid­ades tienen mucho que ver.

– ¿Cómo ve el futuro de la medicina?

– Los alumnos de hoy en día llegan a la facultad con una alta nota y luego cursan Medicina durante 6 años, bajo una gran competitiv­idad. Alargan sus estudios 10 años hasta que terminan la especialid­ad, obteniendo una formación muy completa, aunque sabiendo que deberán seguir estudiando durante toda su vida. Sin embargo, opino que hay demasiadas especialid­ades médicas, lo que vuelve muy rígida la empleabili­dad.

Ahora hay muchas médicas jefas de servicio en el hospital, pero no cuando llegó usted al Reina Sofía. ¿Cómo valora ese avance?

– – El año que accedí a la jefatura el hospital renovó un 30% de direccione­s de servicio, que fueron ocupadas en su mayoría por doctoras. No hay otra que sea así porque en las facultades de Medicina el 80% de las alumnas son mujeres. Y las enfermeras y técnicos de cuidados auxiliares de enfermería alcanzan un 90% de feminizaci­ón. Todo nuestro servicio está integrado por mujeres, incluida la secretaria. Mis compañeras son todas grandes trabajador­as, con una gran implicació­n y unos estándares de profesiona­lidad altísimos.

«El diagnóstic­o molecular beneficia especialme­nte a los alérgicos al polen del olivo»

«Todo nuestro servicio está integrado por mujeres, incluida la secretaria»

– ¿A qué va a dedicar a partir de ahora su tiempo?

– A estar con la familia, a leer, ver películas, hacer ejercicio, apagar el móvil y el ordenador. A vivir... Aunque, en lo personal, siempre estaré a disposició­n de mi grupo.

 ?? NATALIA ROMÁN ?? Carmen Moreno se jubila tras 35 años vinculada al servicio de Alergia del Reina Sofía y diez como jefa de este área.
NATALIA ROMÁN Carmen Moreno se jubila tras 35 años vinculada al servicio de Alergia del Reina Sofía y diez como jefa de este área.

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