Boadella llama a los jóvenes creadores a ser libres
La Feria del Libro repasa el ayer y hoy de la prensa cordobesa
Es conocido por su verbo ágil y crítico y por su posicionamiento en favor de la libertad, una idea que el actor, director y dramaturgo catalán Albert Boadella, asegura, ha sido siempre una máxima en su vida y que ha lanzado como consejo a las nuevas generaciones en un momento en que «la sobreinformación y una crianza con demasiados mimos les está arrastrando», en su opinión, a sucumbir ante lo políticamente correcto. «Mi recomendación a los jóvenes creadores es que sean libres, que defiendan lo que creen y lo que sienten, sin importarles si los demás se enfadan o no», asegura. Albert Boadella estuvo ayer en la Feria del Libro de Córdoba, donde presentó su último libro, titulado Joven, no me cabree, una obra escrita en forma de diálogo entre un supuesto alumno universitario que hace un doctorado en Ciencias Teatrales y que se entrevista con él. «Ese diálogo está planteado entre maestro y alumbro, pero, sobre todo, es un diálogo entre la generación de gente joven y la mía (este año cumple 80 años)», explica. La conversación alterna el humor y la rudeza con el fin de reflejar, señala, a «la generación de mis hijos, que ha tenido muchos mimos en casa, en la escuela, de las administraciones del Estado y de la sociedad en su conjunto sin pasar por lo que yo llamo una época de doma, es decir, ciertas durezas que les obliguen a luchar y esforzarse por lo que desean conseguir». En opinión del autor, «los jóvenes tienen mucha información, pero están muy poco entrenados en las dificultades y enseguida necesitan ayuda psicológica o química a punta pala para superar lo que les pasa».
Boadella culpa de ese déficit de fortaleza existencial a su propia generación, la del Mayo del 68, que «abrimos todas las puertas, algunas acertadas y otras no, con pésimas consecuencias». Para el que fuera fundador de la compañía Els Joglars, «se ha perdido el respeto por la autoridad y el conocimiento, al que sabe las cosas, se ha perdido cierta humildad que es necesaria para aprender, porque a los diez minutos ya creen que lo saben todo». En opinión del autor de Joven, no me cabrees, prologado por Cayetana Álvarez de Toledo, «existe entre los jóvenes un grave desprecio por el pasado porque todo lo que no es actual ni está de moda no les interesa nada, lo cual es gravísimo porque todo lo que tenemos está en el pasado y no en el futuro que aún no existe».
En sus diálogos con el alumno, Boadella arremete también contra la progresía, que sitúa tanto a izquierdas como a derechas del espectro político, «una idea que yo ya tuve que sufrir en mis tiempos y que engloba a toda esa gente a la que solo les interesa la modernidad y está dispuesta a destruir lo pasado». Para el maestro del libro y para el propio autor, «la consecuencia ha sido crear cantidad de tabúes». Si en la Dictadura, señala, había cuatro o cinco tabúes, «ahora puede ser tabú cualquier cosa, tabúes legislados,
además, porque existe una exaltación de las ocurrencias legisladas basadas en el supuesto de que todo lo pasado no vale de nada». En su opinión, el Gobierno actual es un claro ejemplo de ello, «aunque si viniera el PP sería exactamente lo mismo».
La jornada de ayer arrancó en la Feria del Libro con la firma de libros del periodista y escritor Francisco A. Carrasco, que dedicó su última obra Ídolos de bronce, y la mesa redonda protagonizada por grandes plumas como Rosa Luque, Francisco Solano
Márquez y Antonio Checa y Jesús Cabrera, introducidos por el presidente de la Asociación de la Prensa de Córdoba, Ricardo Rodríguez, que repasaron la historia de la prensa y los periodistas de Córdoba en el último siglo y medio. Especialmente aplaudida fue la intervención de Rosa Luque, que expuso la lenta y ardua incorporación de las mujeres a los medios de comunicación y cómo, tras alcanzar la igualdad numérica, sigue arrastrando la dificultad de romper los techos de cristal más allá de los puestos intermedios.