Bió la hora del partido
con las imágenes de un niño y una señora ataviados de blanquiverde. La llamada a los clásicos, a los que nunca se marchan. Al final, la seña de identidad del club siempre está en la grada, donde surgen ocasionalmente los héroes con los que la gente empatiza cuando en el césped vienen mal dadas.
Aunque el Córdoba dejó atrás su imagen poderosa en casa, el poder de seducción de la visita del Deportivo de La Coruña es incuestionable. El club blanquiverde lanzó una promoción de entradas bonificadas para sus socios y eso hará que las gradas del estadio presenten un buen aspecto. Habrá, además, asistencia de seguidores del Deportivo. Se esperan entre 300 y 500 para un encuentro cuyo horario inicial (18.00) se retrasó hasta las 20.00 después de la petición del Córdoba CF ante la previsión de altas temperaturas. El rango del adversario, el de mayor nombre de toda la categoría, es un reclamo claro.
En lo deportivo, sin embargo, hay dudas. El ambiente generado entre el cordobesismo por el pésimo balance en la segunda vuelta solamente una victoria, ante la Cultural Leonesa- ha abierto un debate que está ahora candente: los futbolistas se sitúan en el disparadero. El rendimiento global ha descendido y en el aspecto individual apenas hay futbolistas que muestren un tono de regularidad. De mejora, prácticamente nadie. Habrá un nuevo examen ante el exigente público de El Arcángel, al que el club lanzó un mensaje de «perdón» a través de un vídeo durante esta semana. Las reacciones fueron claras: más allá de frases hechas y lemas calcados, el cordobesismo espera que en las últimas semanas de la temporada se pueda ver a un equipo que se rebele ante su situación, que compita y, si puede ser, que gane.