Córdoba

Los asesinos de Salou acribillar­on a las dos víctimas dentro del coche

Los Mossos arrestaron a uno de los pistoleros y buscan a otros dos Los fugados son personas muy peligrosas y van armadas

- GUILLEM SÁNCHEZ sociedad@cordoba.elperiodic­o.com

Cuando faltaban pocos minutos para las once de la noche de este miércoles, Othman, junto a su mujer y sus dos hijos pequeños, pasó junto a un Citroën de color blanco aparcado junto al complejo turístico de apartament­os ‘Salou 4 you’. En el coche había dos hombres, uno blanco y otro más moreno, uno sentado en el asiento del piloto y el otro en el trasero. Se fijó en que la matrícula era francesa, como muchos de los inquilinos del Cap de Salou, una formación rocosa que se adentra en el mar y sobre la que se han construido decenas de hoteles. Othman subió las escaleras de su complejo y, cuando ya entraba en el edificio, comenzaron los disparos. Visiblemen­te impactado, ayer relató que corrió junto a sus hijos y su mujer a refugiarse dentro del vestíbulo. Y asegura que sonaron dos ráfagas de disparos de armas automática­s. «No me di la vuelta a ver quién disparaba», reconoce. Sin embargo, cuando llegaron los Mossos d’esquadra, confirmó lo que intuía: las víctimas eran los dos ocupantes del Citroën. Uno yacía muerto en el coche y el otro, el del asiento trasero, había podido huir unos metros,

donde fue finalmente alcanzado. Quizá esa fue la segunda ráfaga, la que recibió la segunda víctima. Un testigo relató a los investigad­ores de los Mossos que vio a tres encapuchad­os acercarse a las dos víctimas y abrir fuego contra ellas. Eso es algo parecido a lo que presenció también desde su balcón otra mujer que prefiere no dar su nombre –sigue aterrada– y que asegura que se encontraba cenando con su nuera y sus nietas cuando se produjeron los disparos y vio, o cree que vio, a varios hombres acribillan­do a los ocupantes de un coche.

Uno de los dos hombres cosidos a balazos falleció al instante y el otro, que fue trasladado aún con vida al Hospital Joan XXIII de Tarragona, murió ayer por la maña

na. Los dos eran el objetivo de los pistoleros. Pero las balas pudieron haber matado a otras personas, como los miembros de la familia de Othman. Hay impactos en al menos tres coches distintos al Citröen y también los hay contra paredes de los edificios.

Eric, uno de los dueños de los vehículos afectados, explicó que también escuchó dos ráfagas y cree que se trató de «ametrallad­oras». Tampoco vio nada porque su habitación no da a la plaza de las Palmeras donde ocurrieron los hechos, ubicada al final de una calle sin salida. Una bala cruzó por el cristal del conductor y salió por el del copiloto para acabar en el coche aparcado justo al lado. Si Eric o su acompañant­e se hubieran encontrado en el coche, se habrían encontrado con la bala. A Cristiano, otro dueño afectado, de origen francés como todos los citados anteriorme­nte, le sucedió lo mismo que a Eric: oyó los disparos pero no vio nada.

Los pistoleros, posiblemen­te tres tal como apunta el testigo, tras perseguir y abatir a la segunda víctima que había logrado salir del coche, regresaron al Renault Captur en el que habían llegado y emprendier­on la huida. A unos 20 kilómetros de Salou, entraron en un área de servicio Mèdol de la AP7. Allí fueron sorprendid­os por una patrulla de los Mossos. Los policías pudieron detener a uno de los implicados pero los otros dos -si eran dos- pudieron escapar. A pie, si no tenían otro coche aparcado en el área de servicio, algo posible.

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MAR ROVIRA / ACN Uno de los vehículos estacionad­os que resultó afectado por el tiroteo.

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