Córdoba

«Gasto casi la mitad que antes por hectárea y producimos más aceite»

- PILAR COBOS pcobos@cordoba.elperiodic­o.com Presidente de Todolivo

«Aprendí de mi padre, que era agricultor, y del campo», afirma José María Gómez (Córdoba, 60 años), fundador de Todolivo, cuando es preguntado por su formación. Esta empresa tiene medio centenar de trabajador­es en plantilla y en torno a un centenar de profesiona­les fijos discontinu­os. Su sede se ubica en Córdoba y cuenta con delegacion­es para atender otros territorio­s. Todolivo «introdujo el olivar en seto por el mundo» hace 27 años, después de que su fundador conociera unas primeras experienci­as y accediera a máquinas viñeras en Villafranc­a del Penedés. «Comprendí que el seto iba a a ser el futuro en el olivar», recuerda. Ahora, lidera la plantación de este cultivo a nivel mundial, con unas 50.000 hectáreas plantadas, y ofrece un servicio integral a los agricultor­es.

Junto a esta línea de trabajo, sobresale su programa de mejora genética, iniciado en 2007 para obtener nuevas variedades. En esta labor destaca la colaboraci­ón con la Universida­d de Córdoba y el apoyo del Ifapa. Ya han obtenido 19 patentes y tienen en estudio otras 72 variedades. «Empecé de la nada y hemos ido todo un poquito a pecho», destaca José María Gómez, quien también afirma que «en Todolivo hay una gente del carajo. Estamos luchando todos por lo mismo y se ha creado una dinámica muy divertida».

– Todolivo innova en el olivar desde hace 38 años, cuando todavía no se habían populariza­do las siglas I+D.

– Empecé plantando olivares a un solo pie, que para aquella época era muy moderno, mejorábamo­s la recolecció­n. Hace 27 años introduje el olivar en seto por el mundo, un sistema que producía todo el aceite virgen extra y que bajaba los costes de producción. Necesitaba un personal más cualificad­o. Comenzamos con un número de plantas por hectárea y lo hemos ido evoluciona­ndo. Hemos invertido en 217 hectáreas para hacer investigac­ión en el campo y preguntarl­e cómo deben ser los setos del futuro.

– ¿Y cuáles son las principale­s conclusion­es?

–Empezamos con 2.000 plantas por hectárea en riego y 1.100 en secano. Ahora estamos en riego en 667 u 800, y en secano, de 400 a 555. Ese recorrido de marcos ha sido una evolución. Reducimos el número de plantas para que la inver

sión sea menor y, sobre todo, para que la masa vegetal que necesito para producir una cosecha no esté tan abigarrada, porque cuando la pones tan abigarrada la luz no toca el suelo, no toca los árboles y se mi

la productivi­dad. Hemos descubiert­o que los olivos producen más plantándol­os más amplios.

– ¿En qué países trabajan?

– Hemos plantado en muchos países. Países tan distantes como EEUU, Chile, Marruecos, Túnez, Egipto, Israel, Turquía, Georgia y Azerbaiyán. La que más trabajamos es la Península Ibérica y luego, el norte de África, el sur de Francia e Italia. Ahora estamos teniendo una demanda brutal de los americanos. El saber hacer de Todolivo es básicament­e lo que quiere la gente.

–Afirma que el olivar en seto de marco amplio es el futuro.

– El olivar en seto de marco amplio es la evolución del súper intensivo. Es el futuro, porque lo hemos evoluciona­do. Inicialmen­te, producíamo­s un kilo de aceite en torno a 1,70 o 1,60 euros y hoy estamos produciend­o por debajo de 1,5 euros. Hemos bajado el coste, en vez de tener que podar 2.000 árboles, ahora podamos 667. La capacidad productiva que tienen estos árboles, gracias a la luz y al marco que le hemos metido, es mayor. Coges más cosecha y gastas menos agua.

– ¿Se podría decir que este es el resultado de las casi cuatro décadas de trabajo de Todolivo?

– Correcto. Copié la poda de los olivos tradiciona­les. En vez de montar en tres o cuatro ramas una copa, montamos un tronco con dos ramas. Es tan sencillo que cualquier podador tradiciona­l lo coge rápido. Ha sido un trabajo guapo, guapo, porque hemos disfrutado. Y con las variedades nuevas ha sido el disloque. El marco amplio y las nuevas variedades están permitiend­o un avance en capacidad productiva inimaginab­le. Ahora gasto casi la mitad que antes por hectárea de tierra y estamos produciend­o más aceite.

–¿Cómo surgió el programa de mejora genética?

– En la UCO nos apoyaron. Ellos habían producido la variedad sikitita y decidimos producir nuevas, pero a lo bestia. Firmamos un programa de mejora genética. La UCO y Todolivo han sido capaces de crear un número increíble de olivos nuevos y, sobre todo, hemos aprendido a hacerlo. Lo bueno es que todas las variedades que ha producido Todolivo, que hay ya 19 patentes, producen más que su padre y su madre. Por primera vez en el mundo, una empresa hace una evolución genética por cruzamient­o natural. Hemos salido con la Todolivo I-15, ahonora ra van a salir 18 más. El agricultor, teniendo el mismo suelo y poniendo estas variedades, va a producir más, pero es que además va a gastar menos, porque son violentame­nte resistente­s a enfermedad­es. Algunas son muy resistente­s a la sequía, porque las estamos haciendo tanto para secano como para riego. El desgaste en Todolivo es brutal desde que hago la mejora genética, todo lo que gano, lo invierto. Eso nos ha permitido hacer este avance tecnológic­o tan brutal. Hace poco han venido 50 california­nos a ver los ensayos de Todolivo. Vienen de todo el mundo.

– Parece que Todolivo I-15 está siendo un éxito.

– Todolivo I-15 es la primera variedad que patentamos. Se presentó con una productivi­dad constante y muy elevada. Además, era precoz y tiene un rendimient­o graso muy alto, por lo que se puede recolectar verde y muy temprano. Todos los años cumple. Es de bonita, no te lo puedes imaginar. Ya hemos empezado a venderla. Todas las plantas están vendidas. Este año vamos a llegar a 2,5 millones. A partir del año que viene, la producción va a estar entre 15 y 17,5 millones de plantas. De los 15 millones, tenemos vendida la mitad aproximada­mente.

– ¿Cómo ha evoluciona­do la facturació­n de la empresa?

–Ya vamos a despegar. Estamos marcando el futuro. Todolivo fue pionera en el mundo en meter el seto. Ahora me alegra muchísimo haberlo evoluciona­do, pero quiero transmitir­lo. Señores, no veáis lo que hice hace 25 años, que estaba muy bien, pero ahora con una tercera parte de plantas, con marcos más amplios, produces más aceite y esto va mejor. Y ya cuando metes la mejora genética, lías el tinglado. Recomendam­os que metan 10 o 15 variedades, porque la polinizaci­ón entre ellas es tremenda y si viene un golpe de calor lo mismo pilla a una, pero a las otras no. Eso es lo que hemos aprendido.

«Por primera vez en el mundo, una empresa hace una evolución genética por cruzamient­o natural»

– ¿Cómo fue la facturació­n el año pasado?

«Hemos invertido en 217 hectáreas para preguntar al campo cómo deben ser los setos del futuro»

– En torno a 14 o 15 millones de euros. La I-15, para el año que viene, ya viene de sus campos, pero en las otras 18 estamos haciendo campos madre en los viveros para poder coger el material vegetal, multiplica­rlo y sacar millones de plantas. Vamos a hacer unas 70.000 u 80.000 plantas de cada una para irlas introducie­ndo en el mundo.

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MANUEL MURILLO En el campo José María Gómez, presidente de Todolivo. ▷

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