Córdoba

La macsura de la Mezquita, ante su primera reforma en 200 años

El Cabildo presenta el proyecto de intervenci­ón, dotado con un presupuest­o de 3,7 millones Las obras durarán al menos tres años en varias fases, lo que permite mantener abierto el recinto

- RAFAEL VERDÚ RVERDU@CORDOBA.ELPERIODIC­O.COM CÓRDOBA

Hace más de 1.000 años, entre 961 y 966, el califa al-hakem II ordenó la construcci­ón de la macsura de la Mezquita de Córdoba en la ampliación hacia el Sur del templo. Era una de las estancias más importante­s del monumento ya que estaba reservada para el uso y rezo particular del comendador de los creyentes y se ubicaba justo frente al mihrab, el nicho que marca la orientació­n de cualquier mezquita.

Al-hakem II quiso levantar una macsura acorde a la monumental­idad de la Mezquita, para sustituir una instalació­n anterior hecha de madera. Allí debieron trabajar los mejores ingenieros, arquitecto­s y artesanos de la época porque tras más de un milenio de historia se conserva de manera excelente y hoy por hoy es uno de los elementos más visitados y fotografia­dos por los turistas en su visita a la Mezquita-catedral. Pero el tiempo no pasa en balde, y de vez en cuando la macsura necesita una intervenci­ón integral que la proteja y la mantenga en las mejores condicione­s.

La última vez que se intervino en la macsura fue en el periodo 1815-1819, cuando -entre otras cosasse retiraron unas bóvedas del Barroco que ocultaban el verdadero aspecto de los elementos originales; también se restauraro­n los mosaicos que la adornan. Después, se han ido haciendo pequeñas reparacion­es y acciones de mantenimie­nto aquí y allí, pero ninguna de la envergadur­a de aquella que encargó el obispo Pedro Antonio Trevilla hace más de dos siglos. Hasta ahora.

LA INTERVENCI­ÓN El Cabildo Catedral, titular del monumento, entregó ayer ante la Delegación de Cultura un nuevo proyecto de intervenci­ón muy ambicioso, el primero de estas caracterís­ticas desde aquella reforma del XIX, para su autorizaci­ón. Así lo indicaron el canónigo portavoz, José Juan Jiménez Güeto, y el arquitecto conservado­r, Gabriel Ruiz Cabrero.

La actuación principal se realizará sobre las cúpulas de la macsura, explicó el arquitecto. Se van a consolidar las estructura­s de soporte, incluyendo las vigas originales,

fabricadas con madera de cedro. Aunque están en buen estado, necesitan tratamient­o contra las termitas y las humedades. También se van a restaurar los mosaicos, una de las principale­s caracterís­ticas de esta macsura.

Junto a la macsura hay otras dos habitacion­es no visitables que en su origen se destinaban al califa y al tesoro. Los arquitecto­s y conservado­res también van a tra

bajar en ellas y el proyecto contempla recuperar en estos espacios la ventilació­n original, que se hacía de forma natural, para contrarres­tar la humedad que generan los miles de visitantes diarios que recibe este espacio y que seguirán pudiendo disfrutar de esta parte de la Mezquita-catedral: durante los trabajos de restauraci­ón no se cerrará al público la macsura al completo en ningún momento, dado que la obra se hará por fases. Habrá partes que no puedan apreciarse en todo su esplendor, pero nunca estará toda cubierta.

En intervenci­ones anteriores se descubrió parte de la coloración en las dos cúpulas adyacentes a la macsura. Los conservado­res aún no saben si durante esta actuación se podrá aplicar la pintura con las tonalidade­s que gustaban hace un milenio, y que incluían, además del rojo y el albero de las arquerías de la Mezquita, grandes superficie­s de azul. En principio, según el arquitecto Ruiz Cabrero, la idea es dejar los elementos tal como están ahora, sin modificaci­ones cromáticas. Pero esa intención inicial podría cambiar conforme avancen los trabajos. Es un ejemplo de la complejida­d de una actuación arqueológi­ca de este calado.

Para entender la dificultad e importanci­a de la intervenci­ón que arrancará en breve (si todo va bien, el Cabildo espera tener los permisos a finales de año), basta con recordar que los trabajos previos se han prolongado durante casi un cuarto de siglo. Los primeros análisis de las cúpulas de la macsura se realizaron a finales de los 90, pero hasta ahora los resultados no han cuajado en un proyecto técnico en el que han participad­o arquitecto­s, ingenieros, conservado­res y arqueólogo­s, además de los técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Sólo la recopilaci­ón de datos sobre las humedades en la estancia ha requerido un año de mediciones.

Junto a la macsura hay otras dos habitacion­es que se destinaban en origen al califa y al tesoro

PLAZOS Y PRESUPUEST­O El presupuest­o de una actuación patrimonia­l como ésta siempre resulta elevado. En este caso, el Cabildo tiene previsto invertir 3,7 millones de euros, pero los arquitecto­s saben que con toda seguridad habrá que aumentar la cantidad conforme la intervenci­ón vaya revelando nuevas caracterís­ticas y elementos. Es algo que ocurre casi siempre, lo que obligará también a ampliar los plazos de intervenci­ón, que en un principio alcanzan los tres años.

Antes, el Cabildo tendrá que obtener la autorizaci­ón de la Consejería de Cultura, que debe visar todo el proyecto. La Gerencia de Urbanismo, por su parte, tendrá que otorgar la correspond­iente licencia de obras.

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MANUEL MURILLO Un visitante en la macsura de la Mezquita-catedral.
 ?? ?? Autoridade­s en la presentaci­ón del proyecto de restauraci­ón de las cúpulas de la macsura de la Mezquita-catedral.
Autoridade­s en la presentaci­ón del proyecto de restauraci­ón de las cúpulas de la macsura de la Mezquita-catedral.

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