Propuestas y objetivos
Hace falta que sean realistas y estén cuantificados
Escribir sobre unas elecciones no es fácil y menos aún hacerlo sobre las más próximas, que en este caso son las municipales y que afectan a los ayuntamientos y diputaciones provinciales. Pero, vamos a intentarlo.
Lo primero que hay que decir es que estas elecciones municipales están muy condicionadas por las próximas elecciones generales, que tendrán lugar en unos meses. Tanto, que estamos viendo que se habla más de cuestiones que tienen que ver con la política nacional que con la municipal, incluso cuando hay leyes que afectan directamente a los municipios, como la Ley de Vivienda, que está directamente relacionada con nuestro sector de actividad, y que parece parte de la campaña anticipada de esas generales.
En segundo lugar, creo que es importante que se conocieran bien y al detalle los programas de los partidos que concurren. Desde nuestra organización, hemos tenido encuentros previos con algunos en los que nos han explicado las líneas generales, cosa que agradecemos mucho. Pero es importante saber los detalles, las medidas más concretas, y, por encima de todo, su viabilidad.
Porque creemos, y esto vale para las municipales y las próximas generales, que no basta con pre-* sentar grandes propuestas si no están fundamentadas y evaluadas. En el mundo de la empresa, cuando hacemos nuestros planes estratégicos, apuntamos a los objetivos que son viables de acuerdo con las posibilidades que tenemos y cuantificamos al detalle los recursos, de todo tipo, que nos harán falta para llegar a cumplirlos. Después, siempre hay desviaciones, dificultades no previstas o simplemente cambios de objetivos, que incluso pueden ser mejores en algunos casos, porque nos adaptamos continuamente a las circunstancias. Pero, los planes están preparados, cuantificados y presupuestados al céntimo de euro.
Entendemos que, en el mundo de la política y las administraciones públicas, se dan las mismas circunstancias cambiantes, así lo hemos visto desde la pandemia, por ejemplo, pero eso no significa que no se pueda saber, por parte de quien se presenta a unas elecciones, el estado de las cuentas y, a partir de ellas, establecer propuestas (objetivos) viables y cuantificar los recursos, de todo tipo, que harán falta para cumplirlas.
Esto es algo que en una sociedad realmente moderna del siglo XXI tiene poca discusión. Saber qué modelo de ciudad se propone, de acuerdo a las posibilidades que se tienen no es sólo proyectar grandes ideas. Hay que saber también qué impuestos se van a pagar de más o de menos, cuánto se va a invertir y dónde se va a hacer, qué servicios de competencia municipal se van a mejorar y potenciar y qué grado de colaboración directa se va a tener con los diversos colectivos que forman los municipios, algo que en nuestro caso como empresas es absolutamente fundamental. Porque, con todo ello, se establecen las propuestas.
Estamos seguros de que quienes se presentan a las elecciones quieren cumplir con sus promesas y, de antemano, hay que valorar su dedicación pública. Pero es imprescindible que sean transparentes en todas las actuaciones y que sus propuestas sean realistas y estén cuantificadas. Eso es lo que da credibilidad y confianza, no ya en los representantes públicos, sino en las propias administraciones e instituciones.