El Córdoba va con lo justo
El equipo blanquiverde aborda con nuevas urgencias su penúltima cita en El Arcángel ante un San Fernando que llega dirigido desde el banquillo por Pablo Alfaro y que representa una amenaza para el reto de alcanzar la Copa
Va el Córdoba CF con lo justo a su partido ante el San Fernando, que hace una vuelta era un adversario de «otro mundo» y que a día de hoy, dadas las circunstancias, es una amenaza directa para el último objetivo blanquiverde después de recalcular a la baja: agarrar la séptima plaza para disputar la próxima edición de la Copa del Rey. Va justo de futbolistas -la plaga de bajas ha crecido en progresión directa a la decadencia de los resultados-, justo de fuerzas, justo de ánimos, justo de vergüenza y justo de favoritismo. Por que sí, aunque parezca mentira, jugar en El Arcángel dejó de ser un estímulo para convertirse en un inhibidor de las ya de por sí menguadas fuerzas del Córdoba de Manuel Mosquera, que no deja de ser el mismo Córdoba de Germán Crespo, pero aún más deprimido.
¿Será este domingo el día en que haga recordar su mejor versión? Está por ver. Con las atracciones de la Feria montándose en El Arenal, el estadio queda como un recinto ajeno a la alegría del entorno. El cordobesismo, decepcionado, no parece muy predispuesto -el ambiente es muy pobre, pese a la promoción lanzada por el club con entradas a precios bonificadosy se avecina una tarde compleja. Los términos «orgullo» y «honor» aparecieron en la última aparición ante la prensa de Manuel Mosquera, cuyos dos meses de contrato pasarán por él como si fueran años. El desgaste es mayúsculo y se deja sentir en todas las esferas.
Pero aún quedan retos deportivos que cumplir, aunque no fueran los que estaban previstos o se podían soñar, y habrá que ir a por ellos. «Hasta el último minuto del último partido nadie va a respirar aquí», expresó el de Oleiros en una llamada a la acción. Una más. En su sexto partido al frente del Córdoba, el objetivo es ganar el primero con él al frente. La opción del play off se desvanece, pero al menos buscarán una despedida decorosa. El clásico «morir matando», aunque el Córdoba lleve tiempo ya siendo un muerto viviente.
Mosquera apenas tiene dónde escoger. Dieciséis futbolistas y dos porteros de la primera plantilla. Luego le queda el recurso del filial, que se está jugando el ascenso a Segunda RFEF. Ya recurrió al B en la jornada pasada en La Línea -se llevó a Rafa Castillo y a Geovanni Barba, que no llegaron a salir- y podría volver a hacerlo. El de Oleiros recupera al lateral derecho José Ruiz, que cumplió su partido de sanción, pero no hay nadie más en el parte de altas. Al contrario, el listado de bajas creció. A las de Gudelj, Felipe Ramos, Canario y Carlos Puga se unieron las de Ekaitz Jiménez y Javi Flores. Y la cosa no queda ahí, porque hay una buena nómina de apercibidos: Calderón, Canario, Carlos Marín, Kike Márquez y Jorge Moreno.
El partido no es una cita cualquiera para el Córdoba, que en las últimas tres jornadas peleará por asegurarse al menos la séptima posición para intervenir en la próxima edición de la Copa del Rey, en la que lleva casi un cuarto de siglo compitiendo de manera ininterrumpida. El San Fernando, al que los cordobesistas vencieron por 1-3 el pasado mes de enero, llega a El Arcángel con la idea de abrochar su salvación en la Primera Federación. Al frente tiene a Pablo Alfaro, ex del Córdoba CF en la última temporada en Segunda B y cuya destitución dio paso a la etapa de Germán Crespo. El ex jugador del
Zaragoza, Barcelona y Sevilla, entre otros, ha hecho reaccionar al conjunto de La Isla con una formación de piezas jóvenes y un fútbol intenso y vertical. Suman en la actualidad 43 puntos, seis menos que un Córdoba que desde que visitó el Estadio Iberoamericano hasta hoy solamente ganó un partido de Liga, ante la Cultural Leonesa. Desde entonces, la afición de El Arcángel solo a asistido a episodios frustrantes de un equipo que se ha ido descomponiendo a pasos agigantados y que se sostiene gracias al granero de puntos amasados en la primera vuelta.
Los isleños no muestran lejos de casa un perfil potente, pero las carencias del Córdoba les pueden dar una esperanza que tratarán de explotar. Los locales saldrán con una meta condicionada por la realidad. Ganar, sí, pero por cuestiones más allá de la clasificación.
Javi Flores y Ekaitz se suman al parte de bajas y Mosquera cuenta con dieciséis más los dos porteros