¿Hacia dónde va Córdoba?
La ciudadanía tenemos que decidir qué ciudad queremos
El tiempo pasa más rápido de lo que pensamos y una vez más estamos a las puertas de unas elecciones municipales. Podríamos decir que ante una oportunidad para la ciudadanía de hacer una apuesta firme y decidida por nuestro futuro, por nuestra ciudad. Oportunidad que no debemos dejar pasar con la firme voluntad de mejorar nuestra vida, que Córdoba ocupe el lugar que le corresponde y que nadie se quede atrás, en un empeño decidido de ganar el nuevo tiempo que se abre ante nosotros.
Un nuevo tiempo que nos haga sentirnos a la ciudadanía el centro de atención de las políticas en el ámbito local, que no permanezcan nuestros barrios olvidados, que se actúe con determinación aprovechando todo el potencial de la ciudad, impulsando grandes proyectos que favorezca el desarrollo económico y el empleo, teniendo en cuenta que la cultura y el patrimonio histórico son pilares esenciales para ello. Un nuevo tiempo en el que se ha de responder al futuro que nos interpela ya hoy, en todo lo que es y significa, el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático que necesita políticas transversales y respuestas urgentes, inmediatas, en temas esenciales para la ciudad.
Y en ello, Córdoba debe ser un referente de compromiso cierto con las futuras generaciones, a las que tenemos el deber de dejarle una ciudad, un país, un mundo, mejor en valores y en todos los ámbitos y aspectos. Y no olvidemos que desde lo local se incide y se conforma lo global.
Ahora bien, para dar pasos decisivos en cuestiones fundamentales, tiene que haber un modelo de ciudad porque, al día de hoy, podemos preguntarnos ¿hacia dónde va Córdoba?, hasta ahora no se sabe. Por eso, la ciudadanía tenemos que decidir con nuestros votos qué ciudad queremos y necesitamos.
El 28 de mayo es tiempo de Feria, de disfrutar, pero también hay que ir a votar porque tenemos que hacer realidad la participación ciudadana en la Córdoba del futuro, porque debemos marcar la diferencia en las políticas sociales para una ciudad más justa, más solidaria, más humana, en la que hoy es preocupante el umbral de pobreza.
Nuestra Córdoba tiene que abrazarnos a todos, mostrar su corazón y sus entrañas, y eso significa poner una mirada en nuestros jóvenes, nuestros mayores, en mujeres y hombres, en nuestros niñas y niños a la hora de planificar la ciudad y conformar una Córdoba de igualdad efectiva, real, que nos haga de nuevo un referente de compromiso pleno.
Las elecciones municipales son muy importantes para nuestra vida, más de lo que podemos imaginar, y por tanto, es clave quién vaya a gobernar. No podemos perder cuatro años que van a ser decisivos en el devenir de las ciudades y el futuro de las personas, porque los retos son locales y globales, en los que no podemos dar la espalda al cambio climático ni a lo que va a significar la inteligencia artificial. Esta situación nos obliga en el hoy a impulsar políticas innovadoras que creen una nueva realidad para el desarrollo humano y la convivencia en igualdad, políticas que respondan a los nuevos retos y desafíos.
Córdoba no se puede quedar atrás, por eso, el 28 de mayo, debemos votar y con nuestro voto abrir las puertas a un nuevo tiempo cargado de futuro.