«No engaño a nadie: si no tengo mayoría, gobernaré con Hacemos»
Antonio Hurtado (Aguilar de la Frontera, 1961) llega temprano a su cita con Diario CÓRDOBA. Es la primera agendada del día en una campaña electoral que está siendo intensa para el candidato. No sólo por sus reuniones con colectivos, sino porque Hurtado ha optado por una campaña lo más cercana posible al ciudadano, con un banco (de los de sentarse; los otros también están en su programa con una idea poco amistosa) que se lleva de un punto a otro de la ciudad. Casi siempre con su inseparable pajarita. Quien quiera escucharlo apreciará que Hurtado conjuga la campaña en primera persona del singular: yo, mí, me, un poco de tú y nada de nosotros. «Yo quiero», «yo sé cómo hacerlo», «la nave la piloto yo», dirá un alcaldable que presume de su experiencia como funcionario y economista. Cree que su conocimiento de ambas facetas le servirá para desatascar las tuberías de una administración pública anquilosada. Difícil tarea, para la que primero tiene que ganar los comicios. Que tampoco es fácil.
RAFAEL ROMERO – Tras treinta años de carrera política y una dilatada trayectoria en todas las administraciones, ¿qué le ha llevado a protagonizar este enorme reto?
– Tengo una ventaja y es que no tengo que aspirar a nada. La Alcaldía no es una plataforma para mí. Vengo a dar mi experiencia, mi formación y un conocimiento muy exhaustivo de la administración. Soy un servidor público por encima de todo, así que lo que me trae es un compromiso con mi ciudad y un débito que tengo con la misma. Vengo a dar de mí todo lo que pueda.
RAFAEL ROMERO – Lleva ya bastantes días en precampaña y en campaña y ha escuchado a muchos cordobeses. ¿Qué necesidades le han transmitido los ciudadanos?
– Ha sido una experiencia de las más cariñosas y amables que he tenido. La gente no siempre se sienta contigo a reclamar y a preguntar, muchas veces se sientan contigo sin pedir nada, a comen
una situación difícil, unas circunstancias para ver si en el ámbito que les corresponde podemos actuar, y si podemos lo hacemos. Ha sido una comunicación directa, muy próxima a la gente. La experiencia ha sido buenísima, la mejor que he tenido. Prioritariamente me han trasladado la suciedad, y ponen como imagen las naranjas de la ciudad. Y luego la seguridad, sobre todo en las barriadas. Por lo general no me han planteado cuestiones ambiciosas, sino cosas básicas que la gente considera importantes y que no están cubiertas, como el estado de las luminarias o el acerado.
MARÍA DOLORES NAVAJAS
– La plantilla de funcionarios del Ayuntamiento viene arrastrando un déficit incluso desde antes de la crisis económica. ¿Qué medidas piensa tomar para solucionar este problema?
– En el caso de la Policía Local me daría con un canto en los dientes si llegamos a 1,2 agentes por cada 1.000 habitantes. Para llegar a las recomendaciones de Bruselas tendríamos que tener 150 policías más, eso demuestra el déficit que hay. Es uno de los problemas más graves del Ayuntamiento, porque la ciudad de los servicios públicos tiene que ver con la organización, pero también con los recursos humanos. Ese es un problema que lleva muchos años, desde que el ministro Montoro puso una tasa de reposición cero en todas las administraciones públicas. Eso significa que se iba jubilando gente en todas las administraciones públicas y no se cubrían las plazas, de modo que cada año había menos funcionarios públicos en todos los servicios. Eso fue generalizado y en un mal momento, y después de siete años ahora tenemos las plantillas diezmadas y envejetarte
cidas. A la derecha la calidad de los servicios públicos le interesa poco, pero Pedro Sánchez se puso manos a la obra y la tasa de reposición en algunos casos llega al 120 por ciento. Vamos a necesitar un tiempo para ir a una tasa de reposición superior al 100 por cien e ir compensando esos siete años en que ha habido política de reducción de la calidad de los servicios públicos. Pero hay otro problema: la gestión de recursos humanos es un cuello de botella. Hay ofertas de empleo con cantidad de plazas y que, sin embargo, no salen, porque conllevan un proceso de duración determinado, pero se dilata tanto que estamos ahora con oposiciones de oferta pública de hace cinco años o seis. Son dos problemas distintos, uno estructural y otro de gestión municipal. El periodo de maduración para cubrir las plazas que se ofertan ha aumentado mucho porque no hay
«La Alcaldía no es una plataforma para mí. Vengo a dar mi experiencia y mi formación»
«Me daría con un canto en los dientes si llegamos a 1,2 agentes por cada 1.000 habitantes»
una buena gestión. Otra cuestión es el caso de Sadeco (Saneamientos de Córdoba). Se está echando mano de contrataciones externas con el riesgo que ya hemos visto. No se prioriza el fortalecimiento del personal propio y se trata de cubrir una serie de necesidades a través de subcontratas externas, porque considera la derecha que es la mejor fórmula o la más económica, cuando se ha visto que no lo es. Hay que tener personal de limpieza propio en la empresa pública Sadeco. Habrá circunstancias extraordinarias que requerirán de un apoyo específico y puntual con contratación externa, pero la necesidad es permanente.
– Lleva en su programa una apuesta importante por la vivienda social, que tiene dos problemas: el precio y la falta de suelo. ¿Cree que haría falta una reforma del PGOU?
– Voy a partir del compromiso de Bellido, que se ha quedado en 104 viviendas construidas. Se hizo una foto mostrando las grúas, que no son suyas, son privadas para hacer vivienda libre. La vivienda es fundamental. Hay 100.000 demandantes de vivienda que no son todos, ya que hay gente que no se apunta porque no reúne las condiciones y no se lo plantea. El PGOU se ha desarrollado pero sólo
vivienda libre. Debería haber un 40 por ciento de VPO que no se ha desarrollado en absoluto. ¿Qué vamos a hacer nosotros? Primero abordar un problema habitacional en el Casco Histórico que se nos está cayendo. Hay 100.000 metros de suelo vacante, en solares o casas vacías. Ahí entraría el plan de rehabilitación que en su día estaba previsto y que se suspendió en la Axerquía Norte. Proponemos un plan de vivienda para el Casco Histórico y poner en valor 100.000 metros de suelo barato. Para todo ese suelo público que no se ha abordado en estos cuatro años tenemos un programa específico, que va a significar un convenio de cuatro más cuatro años con la sociedad civil para poner en valor ese suelo, que está en zona de desarrollo, calificado para VPO y que no se ha puesto en carga. Ahora necesitamos cuatro años diciendo que queremos viviendas
sociales, implicando a Vimcorsa. Ésta era una empresa que estaba promocionando vivienda, muchísimas, con un programa social tremendo, con un músculo tremendo. Yo he sido gerente de una empresa pública de vivienda, como Provicosa y mi referente era Vimcorsa, pero ahora no es lo que fue. En cuatro años ha entregado solo 104 viviendas, es algo inédito para una empresa. Tenemos las herramientas y un PGOU que nos obliga al desarrollo de vivienda social, falta el interés político. Con el PGOU hay que tener mucho cuidado. Si decimos que vamos a actualizar el PGOU, eso puede crear falsas expectativas y una parálisis, porque si lo vas a cambiar me espero a ver qué vas a hacer. Yo quiero culminar este PGOU, tendremos que ir a modificaciones puntuales, como hemos hecho en la BLET. Pero no quiero lanzar un mensaje de cambiar el PGOU porque me puede producir parálisis más que dinamismo.
RAFAEL ROMERO – Entre sus propuestas electorales está ampliar la zona de bajas emisiones y crear una red de aparcamientos públicos. ¿Puede concretar algo más?
– Voy a hacer un concurso de ideas sobre la definición de zonas de baja emisión. Quiero que toda la ciudad sea zona de bajas emisiones, no lo quiero reducir al centro de la ciudad. Estamos en la segunda ciudad de España con peor calidad del aire. Hay una movilidad insostenible y tendremos que abordar ese problema. Después del concurso de ideas, me sujetaré a lo que salga de ahí, pero mi opinión es hacerlo extensible a toda la ciudad. En cuanto a los aparcamientos, tienen que hacerse con el plan de movilidad correspondiente. Son necesarios. Hay aparcamientos que están ya definidos y eso hay que desarrollarlo. Hay que construir aparcamientos, pero también ser capaces de dar un poco de sentido a todo un plan de movilidad, con la peatonalización como una realidad, con el transporte público, donde no se utilice el coche privado para cualquier movimiento en la propia ciudad. Aparcamientos sí, pero unidos a un plan de movilidad muy transformador que nos lleve a la conclusión de que harán falta aparcamientos, pero no tantos como se piensa. Ahora todo el mundo pide aparcamientos, pero eso significa un nivel de uso del coche que es insostenible.
«El PGOU se ha desarrollado pero sólo en vivienda libre. Debería haber un 40% de VPO»
«No quiero lanzar un mensaje de cambiar el PGOU porque me puede producir parálisis»
«Quiero que toda la ciudad sea zona de bajas emisiones, no lo quiero reducir al Centro»
«Hay resistencia a la peatonalización, pero luego la gente se da cuenta de la mejora»
RAFAEL ROMERO – ¿Qué nuevas zonas se podrían peatonalizar?
– Primero todos los centros comerciales abiertos, que deben tener su zona peatonal. Eso no es solo una denominación, significa peatonalización, mobiliario urbano, luminarias, cooperación empresarial, promoción… pero uno de los elementos fundamentales es la peatonalización, y lo tenemos comprobado. Hay resistencia siempre, pero luego al final la gente se da cuenta de la mejora en la calidad de vida. Peatonalizar es hacer a la vez las obras de urbanismo comeren