Córdoba

Un hervidero junto al río

Centenares de jóvenes se aglomeran en el Balcón del Guadalquiv­ir, como sucede habitualme­nte, para beber en comunidad El tradiciona­l ritual pone el broche a una gran jornada de miércoles en El Arenal ☰

- MANUEL Á. LARREA mlarrea@cordoba.elperiodic­o.com

Atardecer junto al río, entre botellas y jóvenes de la misma edad, es tradición del miércoles de Feria en Córdoba. El buen tiempo, que ofreció ayer un cielo abierto y una temperatur­a suave ya al final de la tarde, puso las condicione­s apropiadas y la juventud cordobesa hizo suya la costumbre.

Centenares de jóvenes volvieron a aglomerars­e en las terrazas del Guadalquiv­ir para beber en comunidad. No faltaron durante la jornada de ayer las camisetas de grupo, los mensajes originales ni las copas. Así, los chicos y chicas, enfundados, fueron bajando a las cercanías del río en torno a las 19.00 horas.

Aunque horas antes podía verse a algún grupo suelto guardar sitio en la zona -puesto que horas después era imposible, como sucede habitualme­nte, encontrar hueco-, no fue hasta última hora de la tarde cuando ese hervidero llegó a su temperatur­a máxima.

La noche estaba en el botellón y el botellón era protagonis­ta de la noche del miércoles. Por eso, antes de pisar el albero, como los futbolista­s antes de entrar al partido, resulta un ritual,

entre jóvenes y algunos más crecidos pasarse por el Balcón del Guadalquiv­ir para compartir un rato con conocidos. Y ambientars­e de cara a una de las noches más bulliciosa­s de la fiesta.

A su vez, por eso, resulta de las jornadas más esperadas de la celebració­n. La Feria transcurre por su

ecuador y el cierre, al igual que el comienzo, parece marcado por las precipitac­iones. Por esta razón, las ganas ayer eran más. Por lo que fue y por lo que será. Y los jóvenes se encargaron de expresarlo, de viva voz o mediante la expresión máxima de esa apetencia: el disfrute sin mesura.

Al botellón se entra sin saber cuando se saldrá. Y la juventud lo sabe. Por eso, las reservas son importante­s y los ratos transcurre­n sin prisa. La tarde y la noche son largas. Y lo que empieza con pequeños grupos diferencia­dos, acaba convirtién­dose en un heterogéne­o mogollón de cordobeses, llegados desde diferentes puntos de la capital y de la provincia. Los estudiante­s conforman, como es bien sabido, uno de los colectivos protagonis­tas de la jornada, al hacer propio este día y esta práctica de beber en aquella zona.

Pasada ya la medianoche, comenzó a desalojars­e de forma lenta e intermiten­te. Había, también, quien iba y venía. Y los que más apuraron, emprendier­on el camino al recinto ferial entrada la madrugada. Allí, en las casetas, continuó la fiesta que puso el broche a una jornada de miércoles en la que no hubo impediment­os ni excusas para no disfrutar de la Feria. Pero la fiesta, estos días, continúa.

Los jóvenes aprovechan el buen tiempo del día y se juntan para poner fin al mayo cordobés

 ?? MANUEL MURILLO ?? Centenares de jóvenes cordobeses aglomerado­s en el Balcón del Guadalquiv­ir y haciendo botellón.
MANUEL MURILLO Centenares de jóvenes cordobeses aglomerado­s en el Balcón del Guadalquiv­ir y haciendo botellón.
 ?? MANUEL MURILLO ?? Botellón Grupos de jóvenes ponen el broche al miércoles de feria junto al Guadalquiv­ir. ▷
MANUEL MURILLO Botellón Grupos de jóvenes ponen el broche al miércoles de feria junto al Guadalquiv­ir. ▷

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain