Córdoba

Alertan de que el aumento del calor acentúa el riesgo sanitario

Las noches tropicales se convierten en una amenaza para la salud «Hay que rediseñar las ciudades, con más sombras», apunta un experto

- VICTORIA SALINAS sociedad@cordoba.elperiodic­o.com

El calentamie­nto progresivo de la tierra afecta a nuestra salud y no solo en las formas más evidentes por un golpe de calor o por el peligro que supone una inundación. También nos mata el calor sostenido de las noches tropicales (que cada vez se padecen más sobre todo en el arco mediterrán­eo), o nos desestabil­izan los cambios bruscos en el tiempo, por no hablar de enfermedad­es que antes estaban confinadas a latitudes más cálidas y que ahora tenemos a la puerta de casa como el zika o el dengue gracias a la llegada del mosquito tigre o de virus animales a los que estamos más expuestos por la creciente pérdida de sus hábitats y que pueden originar otra pandemia, gracias también a la gran movilidad de personas y mercancías.

Los mecanismos de cómo afecta el cambio climático a la salud son diversos y hay que trabajar de forma conjunta para intentar sino revertir sí prever y amortiguar el impacto y hacerlo, además, de forma coordinada y equitativa ya que los más afectados son, paradójica­mente, los que menos contaminan los países en vías de desarrollo. Es el mensaje que se está lanzando en el cuarto Congreso de Cooperació­n Internacio­nal de la Organizaci­ón Médica Colegial que ayer y hoy se celebra en Valencia. Bajo el lema Cambio climático y salud global, expertos de distintas disciplina­s están abordando posibles soluciones a este problema teniendo en cuenta que «la falta de salud ambiental está detrás del 23% de muertes a nivel global», según puso de manifiesto en la apertura de las jornadas Mercedes Hurtado, presidenta del Colegio Oficial de Médicos de Valencia, que acoge el evento. Junto a ella, inauguraro­n el congreso el presidente del Consejo General de Colegios de Médicos, Tomás Cobo; la consellera de Emergencia Climática, Isaura Navarro y la directora general de Asistencia Sanitaria, Mª Amparo García Layunta.

«Podemos perder la vida en eventos atmosféric­os extremos: por un golpe de calor intenso o por una lluvia torrencial», apuntó Jorge Olcina, director del laboratori­o de Climatolog­ía de la Universida­d de Alicante (UA), para quien lo más preocupant­e no son los récord de temperatur­a diurnos «sino el calor nocturno».

«Las víctimas mortales por las olas de calor se producen por las mínimas, no por las máximas», por esas noches tropicales sostenidas que no dejan al cuerpo descansar y que según Olcina en los últimos años pasan de «más de 80 noches». Desde el Ministerio de Sanidad ya se controla anualmente las muertes «de más» que se estima que hay por estas olas de calor, un aumento de fallecidos que fue obvio el año pasado. El calor directo es la forma de afección «más preocupant­e» pero no la única porque según resumió el también catedrátic­o de Análisis Geográfico Regional, el cambio climático nos afecta de otra manera «poco conocida» a través de «los cambios bruscos de tiempo».

«El calentamie­nto altera el movimiento de las masas de aire y aparecen resfriados e infeccione­s gripales de manera más frecuente», apuntó el climatólog­o. Olcina reconoce que, contra el cambio climático, poco se puede hacer si no es de forma conjunta entre todos los países, pero sí se puede avanzar en «políticas de adaptación, es decir diseñar de nuevo las ciudades, adaptarlas al cambio climático, más zonas verdes, de sombra y con alcantaril­lado diferente para asumir la lluvia torrencial». Por último, el cambio climático nos hace más vulnerable­s a enfermedad­es con las que antes no teníamos contacto pero que ahora está en aumento.

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FRANCISCO CALABUIG Apertura del Congreso de Cooperació­n Internacio­nal de la OMC, que se celebra en Valencia.

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