Dúo de ases y diversión para celebrar Andalucía
El Gran Teatro acogerá un programa diseñado para el disfrute del público
Música clásica y diversión, esos dos conceptos que muchos piensan de forma equivocada que son contradictorios, es lo que promete el Concierto del Día de Andalucía que ofrecerá la Orquesta de Córdoba el próximo jueves 29 de febrero. De eso se encargarán no solo los músicos de la formación sino sus invitados especiales, el tándem compuesto por la violonchelista rusa Anastasia Kobekina y el director madrileño Andrés Salado, dos de los jóvenes talentos musicales más brillantes del momento. Recién salido del fisioterapeuta, el director titular de la Orquesta de Extremadura, Andrés Salado, que entre bromas aseguró que su trabajo, «lejos de relajar, es una fuente de dolor y contracturas», explicó ayer el programa del concierto haciendo hincapié en que ha sido diseñado para el disfrute del público. Con este propósito, sonarán cuatro piezas maestras de tres autores andaluces como son Joaquín Turina (La procesión del Rocío), Manuel de Falla (El sombrero de tres picos) y Gerónimo Giménez (La boda de Luis Alonso), y otro que, sin serlo, Tomás Bretón, se inspiró en la Alhambra para componer su particular serenata sinfónica al monumento granadino. «Va a ser una gran fiesta del repertorio español, un repertorio muy florido, con el que rendiremos homenaje a grandes autores
que abordaron con maestría una temática muy andaluza». Nieto de cordobés para más señas, Salado volverá a ponerse ponerse delante de la Orquesta de Córdoba, que ya dirigió el año pasado, con unas piezas que, en su opinión, «van creciendo y te hacen crecer cada vez que las diriges en función del momento, del lugar, de la orquesta, de tu experiencia personal y de las emociones de cada momento». Cada director, afirma, aporta su visión y su personalidad, lo que da «un brillo, una forma de ser y un carácter diferente a cada obra, por muchas veces que haya sonado antes, haciéndola única en cada
concierto». Sobre la Orquesta de Córdoba, tras desear «un grandísimo futuro y recorrido al nuevo gerente y director», dijo haberla encontrado «simpática, agradable, voluntariosa y con ganas de trabajar y crecer pese a los momentos complicados que ha vivido». Así, aprovechó para reclamar a las autoridades que inviertan para hacerla crecer, «darle mimo y mucho cariño» porque el resultado se traducirá en cultura, «que es un bien primario y la base del desarrollo de cualquier lugar».
Al hablar de Anastasia Kobekina, con quien ha coincidido muchas veces, se deshizo en elogios:
«Es una de las estrellas emergentes a nivel mundial, grandísima profesional y solista de primer nivel», aseguró, antes de destacar que El concierto para violonchelo de Gulda que interpretará es una obra «diferente, ecléctica, cachonda, divertida y maravillosa» propia de un autor singular que salía desnudo a los conciertos y se murió el día que nació Mozart como él quería, «y un concierto que siempre emociona muchísimo al público». Dicho esto, recomendó al respetable que vaya al Gran Teatro «a pasarlo bien porque es un programa con el que disfrutan los músicos y seguro que les va a encantar».