Los precios obligan a sustituir productos
Como explica la pediatra especializada en endocrinología Ana Belén López Mármol, «a los más pequeños les afecta incluso más que a los adultos, porque están en pleno crecimiento y si desde pequeñitos, encima, estamos favoreciendo y les estamos enseñando a comer peor, luego les va a costar más trabajo y van a tirar de productos ultraprocesados con más grasa no saludable». De esa forma, añade, «acabamos con una mala nutrición, y si ya venimos subiendo la obesidad y el sobrepeso infantil, con esto lo seguimos aumentando».
Este tipo de alimentación poco saludable puede provocar malnutrición infantil, favoreciendo el riesgo de tener arterioesclerosis, diabetes o hipercolesterolemia, explica. Esta aparición de colesterol alto en sangre puede adelantarse a edades tempranas, ya que con una alimentación más rica en grasas saturadas, azúcares, y grasas trans, «en vez de aparecer una hipercolesterolemia a los 30 años, puede aparecer a los 8 o 10 años».
A juicio de esta pediatra, la fruta y verdura es lo que más se está sustituyendo. «Ahora, como están las cosas más caras, a un niño, en vez de darle de merendar fruta como hacíamos antes, se le da una magdalena o un croissant, que es más barato, y ahí es donde está sufriendo más la alimentación infantil. Quizás la familia intenta darle fruta, pero si antes le daba tres piezas al día, ahora le da una».
Por ello, como explica López Mármol, potenciar la educación nutricional desde pequeños y acudir a los mercados y comercios de proximidad puede ser un punto de inflexión para acabar con la mala alimentación y crecer con una dieta rica en nutrientes.