Córdoba

Un Córdoba de dos cara se deja dos puntos S

Tras una primera parte solvente, el equipo de Iván Ania cede su renta frente a un Mérida muy entonado

- IGNACIO Luque

El Córdoba CF sumó un punto en el Romano José Fouto ante el Mérida después de desperdici­ar una clara ventaja de 0-2 al descanso tras una segunda parte en la que en nada se pareció el equipo de las últimas semanas y en la que pudo decir adiós, incluso, al empate, ya que el equipo local logró, además de esos dos goles, varias llegadas con peligro que pudieron dar la vuelta al marcador. Un Córdoba CF con dos caras muy diferencia­das. Una, en la que pese a no ser brillante sí mostró esa cara de candidato al ascenso directo, con recursos más allá del juego, y una segunda en la que tuvo más balón, pero apenas llegada y con errores grupales e individual­es que costaron dos puntos.

El Córdoba CF de la primera parte en el Romano José Fouto es imparable. No es una cuestión de soberbia o de euforia mal controlada. Es la consecuenc­ia de las soluciones que encuentra el equipo de Iván Ania cuando se le presentan obstáculos. Respuestas tácticas a planteamie­ntos rivales que buscan, lógicament­e, frenarle. Y cuando el concepto colectivo da para sostener al equipo o mantener la competitiv­idad en el encuentro, pero poco más, aparecen en ese momento las individual­idades. Siempre. Por lo tanto, ese Córdoba CF de los primeros 45 minutos ante el Mérida tiene tanto una respuesta colectiva como personaliz­ada a cada contratiem­po que pueda surgirle. En definitiva, que parece meridianam­ente claro que ese primer equipo cordobesis­ta que jugó en el campo emeritense se encuentra más que sólidament­e preparado para afrontar las últimas ocho jornadas de Liga que restan y es capaz de someter a una permanente tensión a sus rivales (Castellón, Ibiza y Málaga), una tensión sostenida y sostenible a lo largo de los dos próximos meses. Ese Córdoba CF tiene argumentos para apretar a sus adversario­s hasta la jornada final, si fuera necesario, en pos del ascenso a Segunda por la vía rápida. Pero en cualquier caso, si ese camino se le cerrara en algún momento, este Córdoba CF da argumentos de sobra para confiar en él en un hipotético play off de ascenso. Precisamen­te por eso: porque tiene respuestas colectivas e individual­es y en este Grupo 2 de Primera Federación nadie es capaz de hacerle preguntas que estén mínimament­e a su altura.

Así lo volvió a demostrar en la primera parte en el Romano José Fouto, en donde David Rocha

planteó con su Mérida más oposición de la que podía esperarse. El técnico emeritense hizo presionar a su equipo en línea de tres cuartos a un Córdoba CF que no estuvo cómodo durante la primera media hora de partido. La presión romana basculaba y, sólo dejaba algún resquicio por la izquierda del ataque blanquiver­de. Es decir, apenas dejaba salir al Córdoba CF, y sólo en ocasiones, por la izquierda. Y ahí surgió

Calderón. El paradeño fue el origen de las pocas llegadas claras cordobesis­tas en esa primera media hora, fuera a través de algún contragolp­e o transición rápida, fuera como elemento para superar la primera presión romana para montar posteriorm­ente algún ataque en donde también brillaron por momentos los elementos de la banda derecha: Carracedo y Albarrán.

Pero el caso es que el Mérida

Tras groseros errores individual­es el Mérida empató y el Córdoba no reaccionó

parecía tener bien atado el encuentro en esa primera media hora. Apenas permitió una contra cordobesis­ta (min. 4) por la banda izquierda, lógicament­e, con Kike Márquez como protagonis­ta, pero la defensa local desbarató el peligro.

No permitían los romanos combinar con comodidad al Córdoba CF e incluso se permitían firmar la primera ocasión del encuentro, a través de Javi Martín, que disparó desde dentro del área, algo desviado, tras un buen servicio de Chuma (min. 9). La primera llegada con más o menos peligro por parte del Córdoba CF se produjo cuatro minutos después, con un centro de Albarrán que anuló Palomares con la mano.

Tras un mal control de Kike Márquez en el área local, el Mérida volvió a generar un peligro claro sobre la meta de Carlos Marín

con un centro de Llácer que se paseó por el área pequeña cordobesis­ta y tras el que Pipe no supo embocar a la red en el segundo palo (min. 20).

Con el partido relativame­nte bloqueado por el buen hacer del Mérida y con el Córdoba CF generando peligro periférico por la derecha y algo más real por la izquierda, con Calderón, llegó el primer gol blanquiver­de en una gran acción individual de Adilson Mendes tras incursión del lateral zurdo cordobesis­ta. El portugués agarró el balón en el área emeritense, quebró a Pipe en un palmo y lanzó un derechazo cruzado, arriba, imparable para Palomares (min. 27).

Casi de la nada, el Córdoba CF doblegó a un Mérida que acusó el golpe, a pesar del disparo de Chuma desde la frontal (min. 32), que tuvo cierto peligro para la integridad del arco blanquiver­de. Pero el conjunto romano no engañaba a nadie. La disposició­n ya no era la misma y de ello se aprovechó Calderón, que subió una vez más por su banda cediendo el balón sobre la frontal a Kike Márquez, que trianguló para conectar con Kuki Zalazar, que se plantaba solo ante Palomares, al que superó con mucha facilidad (min. 35) para anotar el segundo tanto blanquiver­de y cerrar, teóricamen­te, el encuentro.

Porque, en realidad, eso es lo que ocurrió. El partido pareció durarle al Córdoba CF poco más de media hora y no tuvo que hacer grandes alardes para ello. Mantener la calma, confiar en sus fortalezas grupales y tirar de su nivel individual para dar el último empujón al Mérida para despeñarlo hacia el abismo.

El Mérida pedía el pitido de Mallo Fernández que decretaba el final de la primera parte como el boxeador sonado sueña con el sonido de la campana para buscar el rincón y poco más ocurrió en ese primer acto.

El Córdoba CF de la segunda parte en el Romano José Fouto fue otro Córdoba CF, un equipo muy diferente, un conjunto que a duras penas podría pelear los puestos de play off de ascenso. Un equipo con errores individual­es groseros, sin capacidad de respuesta táctica a lo planteado por el rival y, ojo, con ausencia de un punto de orgullo o rebeldía ante la nueva situación. Mentalment­e, este Córdoba CF es mejorable, visto lo visto sobre el campo romano. Salió enrabietad­o el Mérida en la segunda parte y, de hecho, a punto estuvo de acortar distancias en el marcador en tres ocasiones en los primeros diez minutos por medio del recién entrado Sandoval (por Beneit) y, sobre todo, a través de Javi Martín, que no supo aprovechar un claro error en la salida de balón por parte de Carlos

Marín. También Busi tuvo una buen opción (min. 57) tras una buena jugada local, con un servicio de Javi Martín atrás, hacia Busi, que disparó con el interior, muy ajustado al palo izquierdo de la portería de Carlos Marín.

En todo caso, aparentaba el Córdoba CF intentó aparentar que el peligro era controlado ya que, progresiva­mente, lograba por momentos tomar el mando del encuentro desde la posesión, someter al Mérida con el balón. Pero fue un espejismo. Esa posesión, como luego se demostró, no tuvo profundida­d alguna. De hecho, en esos segundos 45 minutos, el Córdoba CF apenas consiguió sumar una ocasión más o menos clara con un disparo de Álex Sala (min. 80) tras una buena jugada de Adilson Mendes. Las ocasiones, la verticalid­ad y el veneno lo puso un Mérida que acortaba distancias –después de las tres ocasiones mencionada­spor mediación de Chuma (min. 61). Estaba claro que el partido nada tenía que ver con lo visto en la primera parte, y no porque el Córdoba CF desplegara un gran fútbol en el primer acto, sino porque mostró respuestas, alternativ­as ante el bloqueo. En el segundo acto, por ejemplo, sufrió hasta los errores individual­es, ya que si el primer gol del Mérida llegó tras un fallo en la salida por parte de Diarra, el segundo tanto local era perfectame­nte evitable, aunque Carlos Marín no tuvo su mejor aplicación (min. 64) en el disparo de Sandoval.

Lo probó Ania de diferentes maneras. Eliminó a Kuki Zalazar de la ecuación dando entrada a Isma Ruiz para adelantar a Diarra. Luego, quitó al maliense para poner dos delanteros sumando a Alberto Toril a Kike Márquez, cambió las dos bandas, introducie­ndo a Simo y a Álvaro Leiva por Adilson Mendes y Carracedo... Pero no hubo manera. Siguió adoleciend­o el Córdoba CF del mismo mal del resto del segundo acto y también de algún que otro partido en el pasado: mucho balón en propiedad, pero poca profundida­d y nada de veneno arriba.

Quizá lo más llamativo que se podía observar en la recta final del encuentro es que ese segundo acto sí ofreció argumentos suficiente­s para ver ese 2-0 en el marcador, pero no hubo tantos en la primera mitad para el 0-2 a favor del Córdoba CF, que eso sí, ofreció en esa primera mitad los argumentos expuestos al inicio: esa sensación de equipo con recursos colectivos e individual­es. Imagen que desapareci­ó por completo en un segundo acto en el que incluso pudo volar el punto sumado en el Romano José Fouto ante un buen Mérida.

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Kike Márquez trata de progresar con el balón ante la entrada del defensa emeritense Bourdal.
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FRANCISCO FERNÁNDEZ

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