Los embalses siguen subiendo después de tres días sin lluvia
El agua de escorrentías y cauces fluviales llegará a los pantanos durante las próximas semanas El deshielo de primavera en Sierra Nevada también podría notarse en el Genil y en Iznájar
Los embalses siguen llenándose de agua después de tres días sin lluvias, que finalizaron el Domingo de Ramos tras el paso de la borrasca Nelson. No se trata de un milagro, un fenómeno paranormal ni mucho menos inexplicable. Los sistemas hidrológicos se comportan de este modo después de un periodo de lluvias intensas y continuadas. Y lo que es más importante, casi con seguridad los pantanos van a seguir recibiendo agua en las próximas semanas, tanto si llueve como si no. Eso sí, lo harán en menor cantidad que durante la pasada semana.
Los embalses se alimentan de la lluvia que cae directamente sobre su lámina de agua, pero eso supone una parte ínfima. También reciben aportaciones de los acuíferos, opción que tarda mucho más tiempo en notarse. Sobre todo, las presas se llenan con los aportes de las escorrentías y los cauces fluviales sobre las que se construyen.
⁄⁄ Para que el agua fluya por los ríos y arroyos después de una prolongada sequía, primero el terreno tiene que saturarse. Solo después, si sigue lloviendo con constancia, el agua empezará a discurrir con naturalidad. En caso contrario — esto es, con lluvias intermitentes y espaciadas—, el agua que cae llega en poca cantidad a los embalses porque sirve principalmente para empapar la tierra.
A su vez, en algunas cabeceras de los ríos ha nevado en las montañas. Así ha ocurrido en Sierra Nevada, donde nace el Genil, que alimenta, por ejemplo, al pantano de Iznájar. Aunque ese agua haya caído en Granada, terminará embalsada en Córdoba. Cuando llegue el deshielo con las temperaturas propias de la primavera, los ríos seguirán nutriéndose de toda esa agua ahora en estado sólido.
Así puede verse ya en los pantanos de la provincia de Córdoba. El de Iznájar, el más grande de Andalucía, ha recabado 10 hectómetros cúbicos de agua en los últimos tres días con cielos despejados, una cantidad que por si sola daría para abastecer a la toda la capital cordobesa durante seis
TERRENO EMPAPADO POR LA LLUVIA
meses. La Breña, que bebe del Guadiato justo antes de su desembocadura en el Guadalquivir, ha recibido la misma cantidad desde el lunes. Aguas arriba, Puente Nuevo
ya guarda otros cinco hectómetros cúbicos extra. Y si remontamos aún más el Guadiato (que está muy represado), llegamos a Sierra Boyera, que en los tres días sin lluvia ha reunido dos hectómetros más. Todos ellos deben ese crecimiento sin precipitaciones a la llegada de las escorrentías, ríos y arroyos tributarios.