Córdoba

Bodegueros se quejan por los impagos del vino durante dos años

Dicen que esa deuda es otro de los motivos de la suspensión de la cita El Consejo Regulador admite que lleva desde 2022 sin cobrar unas ayudas

- RAFAEL VERDÚ rverdu@cordoba.elperiodic­o.con CÓRDOBA

Un sector de los bodegueros de la DO Montillamo­riles, entre los que se encuentran los de menor facturació­n, achaca a unos retrasos en los pagos que tiene que realizarle­s el Consejo Regulador, por su participac­ión en las dos últimas ediciones de la Cata del Vino, un motivo más que ha provocado su suspensión para esta primavera. Según han relatado a este periódico, además del argumento esgrimido por la DO, la gestión económica del evento está detrás de la decisión tomada a última hora el pasado martes.

Esta demanda de los bodegueros se suma a la necesidad de buscar una nueva ubicación y un modelo diferente de Cata que permita conjugar no sólo el encuentro lúdico y festivo, según expresaron, sino también las oportunida­des de negocio.

Los citados bodegueros, que prefieren mantenerse en el anonimato, aseguran que llevan dos años sin cobrar por el vino que venden en la Cata, lo que supone unos gastos que, de media, cifran en unos 7.000 euros por empresa y año, lo que rondaría los 400.000 euros de deuda; otras fuentes la elevan hasta el medio millón.

Fuentes del Consejo Regulador de la DO Montilla-moriles reconocen a este periódico que llevan dos años sin poder cobrar algunas ayudas que suelen recibir para la Cata. No se trata, aseguran, de una devolución o una denegación de subvencion­es, sino simplement­e de expediente­s que aún no se han resuelto. Hasta la fecha, a la espera de estos ingresos, las ventas de tickets servían para abonar de inmediato a los proveedore­s (por eso no hay problemas con el servicio de las empresas de restauraci­ón). Estas subvencion­es, sin embargo, se usaban para pagar a los bodegueros, y al llevar ya desde 2022 paralizada­s estos acumulan dos catas sin percibir ingresos.

Los productore­s, sobre todo los más pequeños, no estaban en esta ocasión dispuestos a afrontar una

tercera Cata sin cobrar por su vino, explican a CÓRDOBA, o sin saber al menos cuándo iban a disponer de dichas ayudas. Y este fue, según su opinión, uno de los motivos principale­s del plante. Los bodegueros consultado­s sostienen que el problema no está en las administra­ciones públicas que aportan esta ayuda, sino en la gestión que se hace de las mismas. Al respecto, las mismas fuentes del Consejo Regulador niegan esta apreciació­n y achacan la situación a la propia dinámica de la burocracia. «Eso no se da por perdido. A veces las ayudas son más lentas y a veces más rápidas», indican desde el organismo regulador.

Con respecto al modelo de negocio, desde el Consejo apuntan a que «no se paga el vino por venta. Se paga si hay remanente».

Hay que tener en cuenta que la Cata tiene un sistema propio para vender el vino. Los consumidor­es pagan lo que beben, pero lo hacen a través de una plataforma centraliza­da y a cambio reciben unos tickets que luego gastan en la bodega de su antojo. El dinero recaudado va a una caja común, donde se ingresan también los fondos percibidos por patrocinio­s o subvencion­es. Una vez terminada la Cata, con los ingresos se afrontan los gastos, que rondan los 300.000 euros por año sólo para la organizaci­ón del evento (sin incluir el vino y otros dispendios de las bodegas). Con el sobrante, se abonan los tickets que habían recogido por su vino cada uno de los participan­tes. Hasta ahora, el sistema había funcionado, ya que los bodegueros aseguran que solían cobrar lo vendido poco antes de la siguiente Cata.

Varios de estos bodegueros explican que para no entrar en pérdidas tendrían que vender la botella de vino al doble que en cualquier supermerca­do, o la copa a 5 euros, justo lo contrario de lo que debe hacer un evento de promoción. «Hay que buscar otro presupuest­o para que sea más asequible», apunta uno de los participan­tes. «Yo no me meto en una tercera Cata sin cobrar nada», añade, para concluir, otro.

REACCIONES El presidente de la Diputación, Salvador Fuentes, se refirió ayer al asunto aseverando que «la Cata no puede depender de los restos arqueológi­cos de la Diputación». El portavoz local del PSOE, Antonio Hurtado, dijo que «no es de recibo la cobra que le hace el Consejo al Ayuntamien­to». Y el concejal de Fiestas, Julián Urbano, insistió en que la Cata es un asunto «privado».

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A.J. GONZÁLEZ La Cata del Vino durante su celebració­n del año pasado en la plaza de toros.

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