Milei recorta unos 11.000 empleos públicos con su «plan motosierra»
El plan de choque del presidente argentino, Javier Milei, arrasa con el sector público del país austral. Después de seis días de puente festivo, muchos trabajadores estatales desconocen si seguirán en sus puestos. Como una suerte de lotería sin premios, la permanencia puede depender del azar.
En una reciente reunión empresarial, Milei expresó su «orgullo» por la velocidad y supuesta precisión quirúrgica con la que lleva adelante el «mayor ajuste de la historia» y prometió dar de baja 70.000 contratos en el Estado. Su portavoz, Manuel Adorni, tuvo que moderar semejante entusiasmo y dijo que en principio serán 15.000 los afectados. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) habla de 11.000 despidos consumados.
ATE llamó a aquellos que fueron incluidos en la «lista negra» a entrar por la fuerza a sus oficinas con el apoyo de los representantes del sindicato. Las centrales obreras argentinas analizan la posibilidad de una nueva huelga en rechazo a lo
El presidente expresa su «orgullo» por la velocidad de los recortes aplicados
que se conoce como el «plan motosierra» del Gobierno.
Desde que irrumpió en los estudios televisivos como tertuliano gritón, el presidente Milei considera al Estado como «un mal congénito y demoníaco» que no solo interfiere en las transacciones económicas entre personas sino que su funcionamiento emplea mucho dinero que se desperdicia.
Antes de asumir la presidencia se contabilizaban unos 341.000 empleados en todo el país. Para el Banco Mundial, Argentina se encuentra en la mitad de la tabla a la hora de medir la relación entre trabajadores públicos y habitantes.
La «motosierra» exhibe su filo en un país con 57,4% de pobres y donde la actividad económica se derrumbó un 4,3% respecto a 12 meses antes. Argentina se va acercando a los niveles de la pandemia, con una inflación acumulada hasta febrero cercana al 60%. El consumo ha caído casi un 30%. Además, el Gobierno ha paralizado la obra pública.