Mayo de Patios en Aguilar
En el itinerario de los patios aguilarenses se puede observar y disfrutar el equilibrio existente entre la vegetación y la arquitectura
El rico e interesante patrimonio edilicio de Aguilar de la Frontera es un recurso turístico de primer orden. Dentro de él, nos encontramos con un importante número de casas solariegas, prácticamente desconocidas.
Durante el mes de mayo «Aguilar abre sus puertas» todos los fines de semana. Se podrán visitar los patios de las excelsas casas solariegas aguilarenses, una actividad que se realizan gracias a la generosa colaboración de las familias que los conservan y los han cuidado durante generaciones.
Una oportunidad única de poder conocer estos universos de frescor y ensueño, lugares articuladores de la arquitectura de la casa y puntos de encuentro, vida y retiro, auténticas islas de bienestar e inspiración dentro de una arquitectura ancestral. Son precisamente estos espacios los protagonistas de las visitas, una oportunidad de adentrarse en las maravillosas sorpresas que ofrece el descubrimiento de los rincones desconocidos de Aguilar.
En los días indicados se podrán realizar dos tipos de visitas. La primera durante los tres primeros fines de semana, en ella se podrán apreciar los patios y su arquitectura acompañados de una persona que guiará el recorrido. El último fin de semana este recorrido se complementará con diversas actividades paralelas que se desarrollarán en las casas visitadas.
La oportunidad de conocer los patios aguilarenses se convierte en todo un descubrimiento de estos recintos interiores, disfrutando no solo del contenido cultural del itinerario, sino que se convierte en un cúmulo de experiencias con sensaciones que resultarán inolvidables.
Patios excelsos que se levantan a lo largo de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX, condensando entre sus paredes y columnas el saber atávico de una cultura que hunde sus raíces en la tradición romana. Sitios bañados de plantas y macetas de colores, realzando una belleza que permanece silenciosa entre el esmero de las manos que los miman y el atemperado aire que ciñe la piel fresca de la piedra. Patios serenos, dulcificados por el sonoro discurrir del agua o las palabras de la vida que llenan las tardes de inspiración, el alma de sosiego y los ojos de alegría.
En el itinerario de los patios aguilarenses, se puede observar y disfrutar el equilibrio entre la vegetación y la arquitectura, la primera con su propuesta medida, verde sobre verde que se eleva y se enreda para estar a la altura de los aleros, sabiendo de su efímera existencia. La segunda señorial, serena, altiva y recta, consciente que en su solera está la distinción, en su diseño la belleza y en la piedra su eternidad.
Patios porticados, de galerías en penumbra, del sol o de la luna, con fachadas íntimas que muestran la altanería de su fábrica. Piedras blancas, rojas o amarillas, en columnas y capiteles desafiantes al paso del tiempo y a las caricias rudas de la lluvia. Mundos íntimos que muestran sus secretos por mayo, cuando las calandrias cantan y las flores adoran a María.
Patios abiertos al ensueño, a las
Las actividades se celebrarán los sábados a las 20.00 horas y los domingos a las 11.30 horas
miradas curiosas y al silencio. Al respeto y la imaginación, donde cada detalle forma parte de un sentimiento, de una sensación y de un suspiro en el pensamiento del transcurrir diario en la paz de estos universos escondidos. Gratitud, admiración y respeto a cuantos hacen posible su existencia y nos abren sus puertas para acercarnos a esta dimensión desconocida del corazón de Aguilar.