MUJERES DE BANDERA
SON VALIENTES, CAPACES Y FEMENINAS. ACOMPAÑAMOS A UN GRUPO DE MILITARES ESPAÑOLAS EN SU DÍA A DÍA. ¿TE ALISTAS?
Le vuelven loca los zapatos, la ropa y colecciona bolsos, pero a diario no tarda ni un minuto en elegir su vestuario: va de uniforme. Priscila Sánchez Correa tiene sólo 25 años, es teniente del Ejército del Aire, piloto de Hércules y una de las 166 militares españolas que en el momento de escribir estas líneas está cumpliendo con su deber en una de las 19 operaciones internacionales en las que participan nuestras Fuerzas Armadas. Priscila ingresó en el Ejército por casualidad. Quería ser azafata, pero la convencieron para hacerse piloto y entrar en la Academia de Oficiales del Aire. En 2016 salió como teniente, con el título de piloto y el grado en Ingeniería de la Organización. Lo que inicialmente tomó sólo como un oficio, hoy lo ha convertido en su vocación. «No lo cambiaría por nada». Nos lo cuenta en el destacamento aéreo de Dakar, Senegal, primera escala de un viaje que nos ha llevado por tierra, mar y aire para descubrir cómo es el día a día de las militares españolas destacadas en el exterior, una vida y un trabajo tan desconocido como apasionante. Su caso es excepcional, porque la mayoría de las militares ingresaron por vocación, en algunos casos enfrentándose al handicap de que era un oficio reservado para ellos. «El que piense que una mujer tiene menos capacidad para desempeñar un cargo tradicionalmente ocupado por un hombre