QUIERO UNA RELACIÓN DE MÁS DE 72 HORAS. Chequea qué falla en tu sistema romántico.
SI TODOS TUS AMORES TERMINAN EN BOMBA DE HUMO, ALGO ESTÁ FALLANDO. ES EL MOMENTO DE CHEQUEAR PROBLEMAS EN TU SISTEMA ‘ROMÁNTICO’.
Aparquemos los rodeos: es hora de que analices con lupa cómo te lo estás montando. El hecho de que no cuajen tus intentos de alargar las relaciones apunta a que, posiblemente, estés utilizando la estrategia equivocada. Y aunque da vértigo autoexaminarse, debes ver el lado bueno: si hay algo que puedes cambiar, es a ti misma. Montserrat Ribot, psicóloga, coach y autora del libro Amor de verdad. Cómo encontrarlo y hacer que dure (ed. Zenith) tiene claro que lo primero es replantearse dónde y cómo se pesca.
«Si tu criterio es superficial, encontrarás eso: superficialidad. Si buscas en apps de contactos, lo único que hallarás son ligues. En cambio, si te lo tomas todo con más tranquilidad, la cosa puede cambiar. Es como encontrar socio para un negocio: no debes fiarte del primero que pasa», dice.
¿POR QUÉ LO LLAMAN AMOR…?
Ribot afirma que ni Tinder ni Badoo ofrecen buenas perspectivas si tienes como objetivo localizar a tu alma gemela. Sin embargo, lo realmente grave es lo siguiente: ¿cómo es posible que pretendas sacar de un rollo de 72 horas algo más serio? «Empezamos mal si de un encuentro sexual esperamos una relación –explica la experta–. Las probabilidades de que eso ocurra son bajísimas. Sin embargo, si quedamos varias veces para testar la compatibilidad, si nos planteamos hacer también un amigo, todo puede ser diferente». Esta coach afirma que la clave para acabar emparejada y que no te tomen el pelo es la dignidad, cualidad que Ribot define como «el sentimiento de una persona que merece amor, respeto y felicidad, y actúa protegiendo sus intereses materiales y emocionales». En otras palabras: «Querer para ti sólo lo mejor». Advertencia: existen algunos rasgos de personalidad y creencias que pueden complicarte la tarea, como la inmadurez (fijarte únicamente en la belleza, en lugar de en vuestro grado de compatibilidad, o ilusionarte con lo que es desde el principio sólo un rollo vaticina el fracaso). La inseguridad tampoco juega a tu favor: prohibido conformarse con lo primero que surja. Y no te dejes llevar por el romanticismo: te hará confundir la pasión y la atracción sexual con el amor de verdad, y sentirás que quien tanto te gusta tiene que ser, por fuerza, tu media naranja. ¡Error!
EL SECRETO DEL ÉXITO
Por suerte, si de verdad quieres, no resulta difícil cambiar el chip. ¿Cómo? «Lo más importante es trabajar la autoestima. Convéncete íntimamente de que eres estupenda por ti misma, de que tu valía no depende de lo que tienes o haces, o de tu aspecto físico. Esto te ayudará a elegir a quien mejor encaja contigo», señala la psicóloga. El segundo paso para lograr dar en la diana es zanjar los miedos. «Ábrete a conocer, a tratar de conectar realmente con la otra persona. Sé acogedora y abandona resentimientos absurdos o posiciones defensivas», recomienda Ribot, que lanza, además, un mensaje definitivo: «Quédate con quien sea más afín a ti y profundiza más allá de su manera de vestir o del hecho de compartir una afición, pasando por alto lo sustancial: los valores y los estilos de vida, afectivos y sexuales». El amor eterno (o casi) te está esperando.