Me separé al poco tiempo de casarme

UN DIVORCIO SIEMPRE ES TRAUMÁTICO, Y MÁS AÚN SI LLEGA TRAS UNA BODA RECIENTE. PARA NUESTRAS TRES PROTAGONISTAS, LA HISTORIA DEL ‘HAPPILY EVER AFTER’ DEJÓ DE TENER SENTIDO MUY PRONTO, PERO HAN LOGRADO SUPERAR LA RUPTURA Y PASAR PÁGINA.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística de 2016, la duración media de los matrimonios españoles es de 16,3 años, y casi un 3% de los divorcios se producen antes de cumplir dos años de casados. Sin embargo, por muy escaso que parezca el porcentaje, se trata de algo que te podría haber ocurrido también a ti. Y los datos no cuentan lo difícil que es pasar de recién casados a recién divorciados en tiempo récord.

Clara, 30 años MENTIROSO COMPULSIVO

«Siempre había soñado con un hombre como José. Guapo, inteligente, educado... Nos conocimos en una fiesta, e inmediatamente me contó que era de la policía secreta. Esa noche, me llevó a casa en su coche de lujo, y desde ese momento fuimos inseparables. Mis amigas me tenían envidia y yo presumía de mi novio perfecto. Unos meses más tarde, me pidió que nos casáramos. Me sentía la mujer más afortunada del mundo. Después de la boda, nos íbamos a mudar al chalet que José estaba reformando. Yo no lo había visto porque era una sorpresa para mí y, como no estaba listo todavía, alquilamos una casa en la ciudad. Un día, mi padre quería darle una sorpresa a José y decidió visitarle en la construcción. Pero nadie conocía allí a mi marido. En el registro de la propiedad no aparecía ningún chalet a su nombre. Me llamó para contármelo y fuimos a buscarle a la comisaría, por si su trabajo le impedía comprar la casa con su verdadero apellido. Todavía no sospechaba nada, pero en la Policía nadie conocía a José. Resultó que, en realidad, no era agente y no tenía dinero. Me había estado mintiendo todo el tiempo. Me dijeron que le denunciase. Al día siguiente, solicité el divorcio. Sentí que mi vida se derrumbaba, pero, con la ayuda de mis padres, logré salir adelante. Dos años más tarde, me casé con el abogado que llevaba el caso. Y, esta vez sí, puedo decir que estoy más feliz que nunca».

Cris, 33 años DRAMA FAMILIAR

«Conocí a Carlos cuando tenía 25 años. Después de siete años de una relación seria, decidimos casarnos. Boda, hijos y un happy ending, así lo habíamos planeado. Pero mi familia no compartía mi entusiasmo.

«NADA DE LO QUE ME CONTÓ ERA CIERTO. AHORA ESTOY CON EL ABOGADO QUE ME LLEVÓ EL DIVORCIO» (CLARA)

Decían que había algo raro en él. Yo no lo veía. Sabía que no era perfecto, pero creía que mis padres exageraban. Nos casamos y todo iba genial. Hasta el cumpleaños de mi madre, cuatro meses después de la boda. Carlos, en medio de la fiesta familiar, se levantó y dijo que tenía que marcharse para volver a la oficina. Lo hacía a menudo, así que no me extrañó. Pero, de repente, mi tío, que llevaba unas cuantas copas, dijo que mi marido siempre salía a la misma hora que mi prima. Volví a casa y no pude quitarme su comentario (tan ridículo) de la cabeza. “Es verdad, siempre se va justo después que ella. Pero no puede ser: Sara sólo tiene 19 años”, pensé. Nunca había sido celosa, pero esta vez sentí que algo iba mal. Fui hasta la casa de mi prima para convencerme de que sólo eran imaginaciones mías. Y entonces los vi juntos, en el aparcamiento, besándose apasionadamente. No me lo podía creer: ¡eso sólo pasaba en las películas! Aquella misma noche me fui de casa y pedí el divorcio. Al día siguiente, Sara dejó a Carlos. Intentó recuperar la relación conmigo, aunque nunca se lo perdoné. No sólo perdí a mi marido, sino también a una parte de mi familia. Pero ahora he recuperado la felicidad y, a pesar de que estoy soltera, no me siento sola».

Miriam, 26 años VIAJE DE NEGOCIOS

«Me casé con Emilio, mi amor de la universidad. Nos graduamos y, un año después, celebramos nuestra boda. Sentí que mi vida no había hecho nada más que empezar. Después de la boda, a Emilio le ofrecieron un trabajo nuevo. Estaba muy contento. Yo no tanto, ya que mi marido tendría que pasar los tres primeros meses en Estados Unidos. Pero no dije nada porque no quería interponerme en su carrera. Decidí que me dedicaría este tiempo a mí misma y así fue. Durante su ausencia, iba al gym y salía con mis amigas. Hasta que, por fin, llegó el día de su vuelta. Le esperé en el aeropuerto, pero no apareció. Creía que me había equivocado de vuelo, así que le llamé. “Cariño, no sé cómo decírtelo, pero no voy a volver”, dijo. Pensé que era una broma y que en cualquier momento aparecería en la terminal. Pero no fue así. Resultó que, al llegar, conoció al “amor de su vida”. Un mes después, me llegaron los papeles del divorcio. Me costó mucho firmarlos, pero, al final, lo hice. Ahora, un año después, he empezado una relación nueva y espero que esta historia tenga otro final».

«MI FAMILIA ME DECÍA QUE HABÍA ALGO RARO EN ÉL. LE SORPRENDÍ CON MI PRIMA Y ROMPÍ LA RELACIÓN CON LOS DOS» ( CRIS)

«DESPUÉS DE TRES MESES TRABAJANDO FUERA, DIJO QUE NO VOLVERÍA» (MIRIAM)