Cosmopolitan España

ELLAS PUEDEN CON TODO.

Cinco chicas admirables se suman al lema de moda: Girls Can Do Anything.

- TEXTO: PAKA DÍAZ. FOTOS: LUIS BARTA. REALIZACIÓ­N: SANDRA ESCRIÑA.

En la Fashion Week de Nueva York de 2017, el equipo de la frma Zadig & Voltaire, con mayoría femenina y capitanead­o por Cecilia Bönstrom, trabajaba a destajo. La tensión se podía cortar en el ambiente, igual que la fuerza. Fue entonces cuando, para animarse, acuñaron un lema –que ahora también da nombre a una fragancia, Girls Can

Do Anything– y lo plasmaron en una codiciada camiseta. «Creo en ese lema porque es cierto. Las chicas podemos hacer todo lo que nos propongamo­s. No hay diferencia­s con los chicos», afrma Gisela Pulido, indiscutib­le reina del

kitesurf mundial. Es la idea que quiere transmitir el perfume que este mes llega a España: que las chicas pueden hacer cualquier cosa, desde «tocar la batería en una azotea» a «vivir sin fltros» o «surfear como una estrella del rock», esta última muy adecuada para nuestra campeona, quien aclara: «La pequeña salvedad de la fuerza a nivel físico la solventamo­s con técnica. Y, a nivel mental, las mujeres tenemos una fortaleza increíble». Gisela se proclamó campeona del mundo con sólo 10 años, y revalidó el título hasta 9 veces (8 consecutiv­as). Ahora, se ha empeñado en demostrar que puede surfear olas de hasta más de 10 metros. Y lo está consiguien­do. «Soy rebelde y cabezota», dice riendo. «Hago surf, skate, apnea... Todo lo que conlleve adrenalina me encanta. Si te quedas en casa no te pasa

nada. Prefero arrepentir­me de haber hecho algo que de no haberlo hecho». Aunque cree que el kite no es machista, «quizá por ser un deporte joven», sí ve desigualda­d en el trato a chicas y chicos. «Por eso doy charlas y participo en todo lo que luche por la igualdad». Hemos reunido a Gisela y a otras cuatro mujeres jóvenes que están demostrand­o en sus profesione­s que una chica puede hacer lo que se proponga. En la sesión de fotos, el buen rollo es instantáne­o. Dos empresaria­s y tres deportista­s que conectan y comparten experienci­as.

ELLAS Y ELLOS, SEMEJANTES

Todas luchan por la igualdad, cada una a su modo. «No encontramo­s diferencia­s con los chicos: somos iguales», explica Alexandra Rinder, que lleva tatuada la fecha en que ganó por primera vez el Mundial de Bodyboard, «el 28 del 9 de 2014». Con 16 años se convirtió en la campeona más joven de la historia de este deporte, y, tras ganar la segunda vez, este año busca su tercer título. Queralt Castellet asiente: subcampeon­a mundial de snowboard en modalidad halfpipe en 2015 y diploma olímpico este año, cree que las únicas diferencia­s las marcan sponsors y presupuest­os: «Sólo te patrocinan marcas “de chicas”, las generales preferen a los hombres. Pero entre los compañeros sí noto apoyo». En el caso de Gisela, Alexandra o Queralt, alcanzar la cima es un hecho. Sin embargo, ninguna para ahí. No dejan de marcarse retos para superarse a sí mismas… y a ellos. Alexandra compagina las oposicione­s a policía con la competició­n. «Me gusta ponerme objetivos y luchar por ellos. Si alguien me dice que no soy capaz de algo, respondo que nadie sino yo misma decide de lo que soy o no capaz», afrma mientras comenta que no piden nada más que lo normal: igualdad de oportunida­des. «El deporte no es sólo de hombres. Nosotras estamos haciendo cosas muy grandes y dando mucha caña. Es una revolución imparable». Pero el cambio camina despacito. Aunque tanto en Río como en Londres ellas ganaron más medallas que los varones, en los juegos de verano sólo ha habido dos abanderada­s mujeres por España. En los de invierno, la cifra sube a seis, entre ellas Queralt Castellet. La catalana es una motivadora nata y se siente una inspiració­n muy real escuchándo­la. Ella ha conocido la oscuridad: su pareja y entrenador, Ben Jolly, murió de cáncer en 2015. «Fue el mayor dolor y me ha costado mucho superarlo. Lo único bueno que he sacado de ello es haberme hecho más fuerte», explica. En 2018 ha regresado a la competició­n, ha ganado un diploma olímpico y ha vencido a la campeona mundial en Aspen. «Mi mayor reto sería ganar las Olimpiadas de 2024. He estado en cuatro y no he ganado, así que las próximas voy a por todo», apunta.

SÉ JEFA, TU PROPIA JEFA

«A mí me falta ir a unos Juegos, pero el kite estará por primera vez en 2024... Conseguir medalla para mi país sería increíble», añade Gisela, que también es empresaria, con escuelas de kitesurf en Tarifa y Panamá. «Estoy tomando el control de ambas y me gusta la sensación. Enseñamos a grupos pequeños. Todo es muy personaliz­ado». O sea, alta costura del kite, y siempre, apunta, con la mayor seguridad. «Esa obsesión debo de llevarla en los genes, de mi padre, pero mola», dice. Para Inés Susaeta, diseñadora de joyas, y Anna Dimitrova, galerista y gestora cultural, montar empresas propias ha sido clave para desarrolla­r su potencial. «En mi caso, el mundo del arte urbano es muy masculino», apunta Anna. «Muchas

«EL ARTE URBANO ES MUY MASCULINO. HACEN FALTA MÁS MUJERES EN ÉL. INTENTO APOYARLAS CON MIS PROYECTOS» ANNA DIMITROVA

veces, cuando hacemos la foto de equipo soy la única mujer, pero nunca me ha molestado, ni me he sentido diferente. Creo que todos somos iguales, sin importar género, raza, edad… aunque me gustaría que hubiera más mujeres y lucho por ello todo lo que puedo», añade, pero también reconoce que en su sector hay algo muy difícil de cambiar: el ego. «Conozco a mujeres artistas increíbles, pero no tienen el ego de los varones. No dicen: “Yo soy la mejor, quiero ponerme por delante y salir en los medios”. Tenemos que perder el miedo a ser protagonis­tas». En su caso, haber perdido esos miedos la ha convertido en propietari­a de tres galerías de arte. «Elijo qué quiero hacer, dónde y cómo. Esa capacidad de decisión es lo que te da poder», explica. Por su parte, Inés Susaeta es una ecologista convencida –de hecho, su empresa aporta el 1% de sus ventas a causas medioambie­ntales– que realiza sus joyas con materiales de reciclaje recogidos del mar, piezas únicas y muy especiales para personas capaces de valorar el plus sentimenta­l que poseen. Inés, además, se declara feminista sin fisuras: «Aunque yo tengo la suerte de trabajar para mí misma, todavía hay discrimina­ción en muchos sectores. Por eso es importante crear redes de apoyo entre mujeres».

CÍRCULO DE ‘POWER’

«Debemos ayudarnos entre nosotras y eliminar prejuicios. Las deportista­s tenemos una gran rivalidad al competir, pero luego nos apoyamos y vamos a cenar entre risas», explica Gisela. «Hacen falta más chicas en deportes como estos. ¡Quiero más compitiend­o!», añade Queralt. «Yo doy gracias por ser mujer y podernos representa­r a todas», afirma Alexandra. Anna añade: «Estoy convencida de que la energía femenina va a hacer mucho bien a la sociedad. Somos pacificado­ras y creadoras. ¡Podemos cambiar el mundo!». «Yo soy quien soy y estoy aquí gracias a mis referentes. He aprendido de ellas y me han hecho ser mejor cada día. Me gustaría ser igual para otras, como en un círculo precioso lleno de fuerza», concluye Queralt. Un círculo de sororidad lleno de power.

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INÉS SUSAETA ANNA DIMITROVA QUERALT CASTELLET
 ??  ?? GISELA PULIDO DEPORTISTA ALEXANDRA RINDER DEPORTISTA De izq. a dcha., Inés: Cazadora, Elisabetta Franchi (1.048 €). Falda,Asos (24,99 €). Anna: Falda,Guess by Marciano (139 €). Queralt: Vaquero,Zara (39,95 €). Gisela: Americana, Elisabetta Franchi (620 €). Vaquero,Mango (25,99 €). Alexandra: Americana, Zadig & Voltaire (550 €). Leggings, Liu Jo (116 €). Todas las camisetas son de Zadig & Voltaire.
GISELA PULIDO DEPORTISTA ALEXANDRA RINDER DEPORTISTA De izq. a dcha., Inés: Cazadora, Elisabetta Franchi (1.048 €). Falda,Asos (24,99 €). Anna: Falda,Guess by Marciano (139 €). Queralt: Vaquero,Zara (39,95 €). Gisela: Americana, Elisabetta Franchi (620 €). Vaquero,Mango (25,99 €). Alexandra: Americana, Zadig & Voltaire (550 €). Leggings, Liu Jo (116 €). Todas las camisetas son de Zadig & Voltaire.
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