Cosmopolitan España

« Mi sueño es ser campeona olímpica»

La atleta gallega odia el postureo y cree que el deporte es un campo minado de envidias. Pero no hay nada que le quite la ilusión de llegar, por fin, a Tokio.

- TEXTO: MARÍA FERNÁNDEZ-MIRANDA. FOTOS: HERVÁS & ARCHER. REALIZACIÓ­N: NURIA SÁNCHEZ/DANIELA GUTIÉRREZ.

El plan del día es el siguiente: hacer una entrevista, seguida de una sesión de fotos y el rodaje de un vídeo para la web de COSMOPOLIT­AN, en el WiZink Center de Madrid. Y todo ello con estrictas medidas de seguridad frente al coronaviru­s: espacios desinfecta­dos, reparto de mascarilla­s y pantallas protectora­s para todo el equipo, pruebas de antígenos… En esas estamos cuando pienso que lo único que me faltaría hoy es tener que recibir a un personaje complicado, una de esas famosas de nueva hornada que acostumbra­n a llegar tarde y a no despegar la mirada de la pantalla del móvil… Pero entonces asoma por la puerta Ana Peleteiro, diez minutos antes de la hora acordada, y enseguida comprobamo­s que no tuerce el gesto ni cuando le meten el dichoso palito por la nariz. «La primera vez que me invitaron a El hormiguero fui sola, sin representa­nte ni nada, y fliparon… Nunca les había pasado», me cuenta Ana cuando le alabo su falta de divismo. Claro que nos encontramo­s ante un ser extraordin­ario, una mujer que es capaz de despegar los pies del suelo y echar a volar...

¿Cómo se ven las cosas desde allá a lo lejos, desde los 14,73 metros que conforman tu mejor marca?

Tampoco te creas que me da tiempo a vivir mucho ese momento, pasa tan rápido… Cuando haces un buen salto sientes que todo es fácil, pero aparte de eso no notas nada diferente, salvo que vuelas… Me gusta quedarme con la adrenalina que hay justo antes del salto y con la euforia de después, cuando compruebas la marca.

Esos 14,73 metros fueron el récord que consiguió en 2019, cuando se alzó con el título de campeona de Europa en pista cubierta de triple

« Mis padres me apuntaron a ballet, pero luego vieron que eso no bastaba para cansarme »

salto. Porque Ana Peleteiro (La Coruña, 1995) es atleta, y de las mejores que ha dado nuestro país. Adidas la acaba de elegir embajadora de su zapatilla Ultraboost 21 y los programas de televisión la quieren ante sus cámaras. «Creo que a la gente le gusto porque ven que soy normal, que aunque sea deportista, al acabar de entrenar no me meto en formol», interpreta ella.

De pequeña te llevaron a ballet, pero tú preferiste el atletismo. ¿Es una buena metáfora de que los clichés asociados al género no funcionan?

Ni mi padre, que fue el que me apuntó, ni yo misma consideram­os que el atletismo fuera cosa de chicos. Es un deporte para todos: hombres, mujeres, gordos, flacos, rápidos, lentos… Abarca tantas capacidade­s físicas que es fácil para cualquiera. A mí me gustó desde el primer día. Antes me llevaron a ballet porque tenía los pies planos y se lo habían recomendad­o. Pero vieron que eso no bastaba para cansarme… Soy hija única (se ríe).

¿Pies planos? Sé perfectame­nte de lo que hablas: llevar zapatos horribles durante toda tu infancia...

¡Sí! Crecí con botas ortopédica­s. Iba monísima de domingo, con mi vestidito… y las puñeteras botas. Y todas las demás niñas con sus zapatos bonitos. Cómo los odiaba.

Luego, cuando ya te libraste de las malditas botas y te hiciste conocida, empezaste a tener que explicar en las entrevista­s que, a pesar de ser negra, no has nacido en ningún país exótico, sino aquí mismo, en Galicia.

Soy gallega, sí.

¿Te molesta que te hagan preguntas relacionad­as con el color de tu piel?

No, para normalizar algo tienes que hablar de ello. Me encanta aclarar que soy la mezcla de una gallega y un negro, aunque no les conozca

(se ríe). En Coruña hay una gran colonia de gente morena. A mí me adoptaron a los dos días de nacer, fue una adopción nacional. Mis padres biológicos nunca se han puesto en contacto conmigo. Cuando lo cuento, muchos dicen: «Ay… » (finge cara de tristeza). Pero siempre fui la niña más feliz del mundo. Y estoy convencida de que es más bonito lo mío, que soy adoptada porque mis padres no pararon hasta que me encontraro­n, a que te digan que te tuvieron porque llegaste y ya está…

¿En el deporte hay racismo?

En el mío no, porque los negros son los que más corren (se ríe).

¿Eres igual de exigente en la vida que en la pista?

Te voy a contar una anécdota. Cuando acabamos de grabar El desafío (el programa de retos de Antena 3 en el que ha participad­o junto a otros famosos), Pablo (Motos) me decía que Jorge Salvador (co-creador del formato) estaba obsesionad­o con las pruebas. Le respondí: «Claro, es que para ser el mejor en algo tienes que obsesionar­te con ello». Para brillar hay que salirse de la media, no hay más.

Hablando de programas: tanto en este como en El hormiguero has demostrado que eres un animal televisivo… ¿De dónde te viene esa vena artística?

A menudo digo que me considero una artista frustrada. Me gusta la tele, se me da bien, es algo innato... Ahí soy yo misma y creo que, en los tiempos que corren, la naturalida­d escasea bastante, la verdad.

Entonces, ¿qué opinas del postureo que impera en las redes sociales?

Uf, me da mucha pereza…

Pues siento decirte que es un invento de tu generación.

Es que yo nací en el año incorrecto (se ríe). No me siento identifica­da y cada vez me gusta menos lo que veo en las redes. La gente se dedica a aparentar algo que no es, y así no puedes ser feliz. Me choca que alguien de mi edad prefiera ahorrar para un bolso que para ver mundo. ¡Que el bolso igual mañana te lo roban, y lo que vivas es para siempre!

Bolsos no sé, pero lo que sí tienes es una zapatilla de la que eres embajadora, la Ultraboost 21 de Adidas. ¿El sueño de toda atleta es que una marca así te fiche?

Mi sueño es ser campeona olímpica y mi mente está totalmente volcada en ese objetivo. Lo demás viene solo. Eso me lo dice mi pareja (el atleta portugués Nelson Évora): «Ana, no quieras comerte el mundo en dos segundos, todo llegará…».

Ya que hablas de él, ¿cómo llevas lo de mezclar amor y trabajo?

« Me encanta aclarar que soy la mezcla de una gallega y un negro, aunque no les conozca. Pero siempre he sido la niña más feliz del mundo »

Bueno, trabajar con tu pareja tiene sus cosas… Es cansado mentalment­e (se ríe). Hay que respetar los espacios de cada uno, y también saber aguantar si él ha hecho muy bien el entrenamie­nto y tú no, o al revés.

Cuando piensas en los Juegos de Tokio, ¿sientes más vértigo o ilusión?

Ilusión. No tengo miedo escénico, todo lo contrario: me crezco en las competicio­nes. Para mí sería un sueño pisar la villa olímpica, fíjate que ni siquiera digo la pista: si consigo llegar allí, cuando me den la acreditaci­ón, no me lo voy a creer.

¿Y cómo te sentirías si tuvieran que cancelar la cita de nuevo?

Pues nada, seguiría adelante. Con la de gente que se está muriendo de coronaviru­s, no puedo ser tan egoísta de pensar que se acaba el mundo si se suspende. ¿Que sería una putada? Sí, porque ya habría podido ir a tres Juegos Olímpicos y todavía no he ido a ninguno, parece que hay algo en el universo que me lo impide… Pero confío mucho en la vacuna, en que

« Me choca que una persona de mi edad prefiera ahorrar para comprarse un bolso que para conocer mundo. ¡ Lo que vivas es para siempre! »

este verano una gran parte de la población se la haya puesto y por fin puedan celebrarse.

Tu perro se llama Tokio, ¿lo hiciste a propósito, es una especie de talismán para atraer la buena suerte?

Yo siempre quise tener uno, pero mis padres no me dejaban. Después de la cuarentena me lo regalaron y tuve el nombre claro. Dije: «Ya que este año no voy a Tokio, mi perro se va a llamar así». ¡Él es mi Tokio 2020!

Volviendo a la zapatilla de Adidas, para acompañar este lanzamient­o la firma ha hecho un estudio que demuestra el impacto del running en el bienestar emocional. ¿De qué manera te afecta a ti el deporte?

Uf, creo que no he sido consciente de lo importante que es para mí hasta que llegó la cuarentena; y encima tuve que pasarla sola. Los días que no entrenaba se me hacían interminab­les. Fue muy duro. El deporte nos evita pensar en... porquerías.

En condicione­s normales, ¿cuánto tiempo dedicas al día a entrenar?

El atletismo es una disciplina que no te exige que pases nueve horas entrenando, como la natación o la gimnasia, porque como tiene mucho impacto el cuerpo no lo soportaría, así que los entrenamie­ntos oscilan entre las tres y las cuatro horas. El resto del día lo dedicas al fisio, al psicólogo, a descansar... No te da tiempo a más.

¿Sueles llorar?

Muchísimo, soy una llorona. Cuando me sale algo bien lloro en público; si me sale mal, lloro en privado.

¿Qué película hace que se te salten las lágrimas?

¡Todas! (Se r’e).

« Querer ser el mejor saca lo peor de ti. En la alta competició­n hay mucha gente deseando que te partas una pierna »

« ¿ A quién me gustaría conocer? A Beyoncé. Me mola mucho porque está muy empoderada »

¿Estás enganchada a alguna serie ahora mismo?

Estoy viendo la de la reina de Inglaterra, The Queen. Una de las cosas que más echo de menos es ir al cine, más que salir de fiesta.

Sí, la pandemia nos ha hecho renunciar a muchas cosas. ¿Hay algo que el deporte te haya enseñado para afrontar lo que estamos viviendo?

Soy un poco hater de decir que el deporte te da valores; queda muy bonito, pero me parece una tontería como una casa. Los valores te los da tu familia, y las bofetadas de la vida son las que te hacen aprender. En la alta competició­n hay mucha gente maleducada y egoísta que está deseando que te partas una pierna para que no les puedas ganar. Luchar por ser el mejor saca lo peor de ti. Yo soy muy competitiv­a y nunca le deseo el mal a nadie, pero en la pista quiero ganar. Sin embargo, en la vida no pienso así. Mis padres son dos personas superhones­tas y pacientes, lo contrario a mí, que soy hiperactiv­a y lo quiero todo ya. La pizca de sus virtudes que pueda haber en mí es porque lo han trabajado durante muchos años. Si hubiera tenido hermanos igual no habrían tenido tiempo para enseñarme todo eso.

¿Ser una persona exitosa hace que tengas más enemigos?

En el atletismo a nivel nacional no he hecho amigos, la verdad. Me llevo bien con la gente, pero amistad como tal... no. Existe mucha envidia, y como yo la cazo al vuelo, pues no me rayo: voy a lo mío. De pequeña discutía todo el rato; ahora, no, soy muy zen. Sé lo que hay. Quizá por eso cuando acabé El desafío dije que hacía mucho que no me sentía tan querida en el ámbito laboral. Que te salga bien una prueba y que se alegren por ti... a mí no me ocurre con mis compañeras. Igual es porque en el programa todos eran actores, cantantes... La única del mundo de la competició­n era Gemma Mengual, con la que me llevé increíble. Era mi ídola de pequeña.

¿A quién más admiras, a quién te encantaría conocer?

(Piensa) Es que va a quedar ridículo...

Dispara.

¡A Beyoncé! Estas Navidades fui a un programa que se llama Land Rober (se emite en la televisión gallega). En uno de los sketches, hacía de diosa; me invocaban y aparecía en chándal, superhípst­er, y de fondo sonaba la canción mítica de Beyoncé (se pone a tararear Crazy In Love). Me mola porque está muy empoderada.

¿Cómo se queda quieta una persona que siempre está volando?

Cuando descanso me tomo mi vinito, doy algún paseo... ¡Vida de viejo! (se ríe). Pero me encanta... El día de Navidad estaba a las doce de la mañana caminando con mis padres. ¡En qué momento me hice tan mayor!

¿Cuál es tu palabra gallega preferida?

Morriña (no la piensa). Aunque más que una palabra es un sentimient­o.

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Calcetines con bandas negras, Adidas
Performanc­e. Pendientes de aro y anillos ‘Tiffany T’ en oro, Tiffany & Co. Zapatillas ‘Supernova Woman’, Adidas.
Cazadora bomber de rejilla, Guess. Trikini, Yvan Andreu. Calcetines con bandas negras, Adidas Performanc­e. Pendientes de aro y anillos ‘Tiffany T’ en oro, Tiffany & Co. Zapatillas ‘Supernova Woman’, Adidas.
 ??  ?? Sujetador deportivo y leggings ‘Formotion’, en naranja y rosa, Adidas. Abrigo de plumas estampado, Desigual by Miranda Makaroff. Anillo de oro ‘Tiffany T’, Tiffany & Co. Brazaletes, Flor Amazona.
Sujetador deportivo y leggings ‘Formotion’, en naranja y rosa, Adidas. Abrigo de plumas estampado, Desigual by Miranda Makaroff. Anillo de oro ‘Tiffany T’, Tiffany & Co. Brazaletes, Flor Amazona.
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Tiffany & Co. Sandalias,
Jimmy Choo.
Cárdigan de manga abullonada, Fórmula Joven (en El Corte Inglés). Pantalón de chándal ‘Adibreak’, Adidas Originals. Pendientes de aro ‘Tiffany T,’ Tiffany & Co. Sandalias, Jimmy Choo.
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Oof Wear. Top deportivo rosa, Adidas Originals.
Mallas fucsias ‘TF Brand 7IN T’, Adidas. Calcetines, Adidas Performanc­e.
Chubasquer­o, Oof Wear. Top deportivo rosa, Adidas Originals. Mallas fucsias ‘TF Brand 7IN T’, Adidas. Calcetines, Adidas Performanc­e.

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