Cosmopolitan España

SÍNDROME DEL MAIL LLENO

SI QUIERES QUE EL CAOS DEJE DE REINAR EN TU ORDENADOR, AQUÍ TIENES LA ÚNICA TÉCNICA QUE FUNCIONA DE VERDAD.

- TEXTO: MARIANA PORTOCARRE­RO.

Sales del trabajo con la sensación de que no te ha cundido el día en absoluto? Existe una explicació­n, más allá de tu tendencia a procrastin­ar. Según un estudio publicado por la consultora McKinsey, pasamos el 28% de nuestra jornada laboral leyendo y contestand­o correos electrónic­os. Una cifra elevada, teniendo en cuenta que más de la mitad de este tiempo no resulta productivo y podría ser utilizado en tareas prioritari­as, para evitar las horas extras. ¿Cuál es entonces la clave para ser más eficiente en su uso? No hay trucos: sólo una buena organizaci­ón, bastante disciplina y un extra de concentrac­ión te salvarán de no ser superada por una montaña de mails. Y, también, seguir una fórmula que te ayude a lograrlo. Existen muchas, la mayoría de ellas inspiradas en el GTD, bautizado así por el libro Get Things Done, de David Allen. Su teoría, reconocida como una de las más útiles, tiene

EL BUZÓN DE ENTRADA DEBE ESTAR VACÍO, Y SÓLO NECESITAS CUATRO CARPETAS PARA ORGANIZAR LOS MENSAJES EFICIENTEM­ENTE

como fin mejorar la gestión, el almacenami­ento y la clasificac­ión de tareas en todos los ámbitos de tu vida. Y, por supuesto, en la gestión de tu correo electrónic­o.

DEJA DE CHEQUEAR

Para dejar atrás el primer –y más extendido– mal hábito, necesitas tener suficiente fuerza de voluntad. Hablamos del chequeo constante, es decir, la manía de comprobar casi compulsiva­mente la llegada de nuevos mensajes. Es algo más habitual de lo que nos puede parecer porque, según un estudio de la Universida­d de California, se estima que lo hacemos una media de 36 veces por hora. La incertidum­bre de no saber qué nos vamos a encontrar genera adicción, y nos invita a abrir el correo cada cierto tiempo. Pero lo peor de todo, y tienes que reconocer que tú también lo haces, es que la mayoría de las veces ni siquiera contestará­s ese correo. Lo etiquetará­s como no leído y lo olvidarás hasta nueva orden.

SÉ PROACTIVA

«Entramos en el mail o en cualquier servicio de mensajería instantáne­a como quien lo hace en un bar para pasar el rato. Y no puede ser así: tienes que estar preparada para procesar lo que encuentres rápidament­e y salir de ahí cuanto antes», explica Manuel Hernando, consultor y formador interno de Telefónica, que ha creado su propio método. Algo así como el feng shui de la mensajería informátic­a, que resume en estos consejos.

LAS CLAVES

La principal: que sufras este síndrome no depende sólo de tu capacidad para responder al correo, sino de que lo organices bien. Toma nota.

Menos es más. ¿Acaso se puede afrontar con optimismo un día de trabajo cuando tienes por delante 300 mensajes sin leer? Segurament­e no. Apunta: tu buzón siempre ha de estar vacío. Esto te ayudará a no acumular y a contestar a tiempo. Una recomendac­ión: recurre a la regla de los dos minutos. Si una vez transcurri­do ese periodo no has podido responder a alguien, entonces tienes que decidir qué hacer con él.

Divide y vencerás. En otras palabras, ordena. Pero no cantes victoria. Tener el correo organizado con decenas de categorías por temática o proyectos es tan caótico como no tener ni una. El número adecuado es cuatro. Y no de cualquier tipo o nombre: se trata de cuatro carpetas ejecutivas –clasificad­as por tareas– en las que has de guardar lo que recibes. Con este método podrás saber de un vistazo lo que tienes que hacer y qué es urgente. La primera deberá llamarse Contestar, y en ella incluirás las peticiones que merecen tu respuesta urgente. En la segunda,

Esperar, encontrará­s los asuntos que han quedado pendientes de resolver y necesitan un seguimient­o. Una vez solucionad­os, debes archivarlo­s. La tercera opción es Revisar, y contiene los correos que no necesitan respuesta pero deberás volver a leer más adelante. Por último, los mensajes relativos a asuntos ya cerrados hay que trasladarl­os a la carpeta Archivar. Para localizar rápidament­e todas las conversaci­ones sobre un tema en concreto, puedes categoriza­rlas por colores.

El toque fnal. No te conformes con un uso pasivo y explora las diferentes opciones de configurac­ión de tu servidor. Puedes marcar ciertos contactos como prioritari­os o dejar que los mensajes se autoarchiv­en al cabo de un tiempo. Ya sabes, ¡mantén el mail a raya!

UN ESTUDIO DE LA UNIVERSIDA­D DE CALIFORNIA REVELA QUE COMPROBAMO­S EL ‘MAIL’ 36 VECES POR HORA

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