Cosmopolitan España

EL NOVIO ESTUPEFACT­O. Planazo a la fresca.

No hay mayor placer que encontrar una buena mesa en una terraza de moda. Lánzate a por ella, coge provisione­s e instala allí tu campamento de verano.

-

Imagínate que por azares del destino te encuentras vagando por el desierto, hambrienta y deshidrata­da, con la camiseta anudada en la cabeza estilo albañil, y justo antes de perder el sentido ves a un lado un oasis con sus palmeras, sus camellos, su wifi y su lago con agua cristalina fresquita, y al otro, una terraza… No sé tú, pero

A. y yo elegiríamo­s sentarnos en la terraza y pedir el aperitivo. ¡De cabeza! A nosotros por un par de centímetro­s no nos entran en el balcón una mesita y dos sillas, de ahí nuestra querencia por esta costumbre. El terraceo es un invento evoluciona­do de sacarse las sillas a la fresca que perfeccion­aron nuestras abuelas, pero que tiene una cosa muy mala: no eres el único que ha pensado que vaya-díazo-que-hace, así que las mesas son más difíciles de conseguir que las Gemas del Infinito. Pero nosotros tenemos un plan maestro. Siempre que llegamos a una terraza, A. y yo nos dividimos como los SWAT, cada uno por un flanco buscando vasos en los que quede poca bebida. Cuando encontramo­s a los candidatos ideales, yo empiezo a dirigir miradas rápidas a sus ojos y a lo que están tomando y viceversa. Si no se dan por aludidos, tiro de carraspeo. Cuando se remueven en sus asientos, A. dice dulcemente: «¿Os vais? Gracias, gracias», el golpe perfecto. Una vez que te haces con la mesa lo importante es parapetars­e con cervezas, platos de raciones, aceitunas… que se vea movimiento para aguantar lo máximo. Una de patatas bravas pedida a tiempo te puede otorgar fácil una horita extra. Ha habido reinos en Juego de tronos que han aguantado menos que mis amigos y yo en una buena mesa. Además, este tipo de ocio favorece la comunicaci­ón y la observació­n. Tú llegas a un bar que no conoces y es muy probable que pidas para comer lo que han pedido los de al lado. Sólo por haber llegado antes, les otorgas un gusto y un conocimien­to gastronómi­co exquisitos. A lo mejor no tienen ni idea, pero oye, lo cierto es que están ahí antes que tú, algo sabrán. Luego están las azoteas, que son las hermanas pijas. Con sus zonas

chill-out, su dj, sus pulverizad­ores de agua, sus sofás de plástico duro iluminados… Todo lo que tú quieras, pero cuando te ponen una copa

premium con cardamomo y pipas de sémola te traen un cuenquito con frutos secos entre los que siempre hay un par de ositos de gominola. ¿Cómo han llegado ahí? ¿Por qué no ponen más ositos y quitan los garbanzos, que no le gustan a nadie? De todos modos, lo que más nos gusta a A. y a mí es que ya puedes estar en terraza, azotea, heladería, chiringuit­o o arrocería, que siempre se produce el mismo hermanamie­nto universal entre los camareros y tú cuando levantas la mano y haces como que dibujas unos círculos en el aire.

 ??  ??
 ??  ?? GABRI CALZADO Cómico, guionista, presentado­r, novio de una de nuestras redactoras y sufrido columnista de COSMO.
GABRI CALZADO Cómico, guionista, presentado­r, novio de una de nuestras redactoras y sufrido columnista de COSMO.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain