Das kalte Grausen
Jetzt, da das katalanische Abspaltungsgesetz bekannt geworden ist, wird deutlich, warum die katalanische Landesregierung und ihre Gesinnungsgenossen das Elaborat gerne geheim halten wollten. Nicht etwa aus taktischen Gründen, etwa um dem Verfassungsgericht so wenig wie möglich Zeit für eine Reaktion zu lassen. Sondern weil das Gesetz eine einzige Zumutung ist. Jeder, der den Text liest und halbwegs klar bei Verstand ist, bekommt das kalte Grausen. Die Anlehnungen bei den Herren Erdogan und Putin sind offensichtlich. Das ist kein Abspaltungsgesetz, das ist ein Notstandsgesetz. Fehlt nur noch die allgemeine Mobilmachung der Sezessionisten, könnte man sarkastisch ergänzen. Das Gesetz demaskiert die Autoren. Man kann sich des Eindrucks nicht erwehren, dass es ihnen gar nicht mehr darum geht, der Zentralregierung ein Referendum abzupressen. Es geht ihnen offenbar nur noch um die Sezession – koste es, was es wolle. Auch um den Preis, dass Katalonien untergeht. Un colmo de ley Ahora que se ha hecho pública la ley de secesión catalana, queda de manifiesto por qué el gobierno autónomico y sus simpatizantes se habían esforzado tanto por mantener en secreto el texto elaborado. Y ni mucho menos lo hicieron por razones de táctica, por ejemplo, para dejarle al Tribunal Constitucional el menor tiempo posible para reaccionar. No, lo hicieron porque simplemente la ley es un pestiño y leerla un horror para cualquier persona medianamente lúcida. Los parangones con Erdogan y Putin son evidentes. Lo que aquí se nos presenta, no es una ley de secesión, es una ley de emergencia. Solo falta la movilización general de los secesionistas, podríamos añadir con sarcasmo. Con esta ley, sus autores se han desenmascarado a sí mismos. Se nos hace ya imposible no pensar, que la verdadera intención detrás de todo esto, ya no es forzar al gobierno central a aceptar un referéndum, sino únicamente imponer la secesión, cueste lo que cueste y aunque signifique hundir a Cataluña.