Vor einem heißen Herbst
Die spanische Wirtschaft wächst auf dem Rücken der Mitarbeiter. Das wird nicht ewig so weitergehen, weil sich die Beschäftigten irgendwann zu wehren beginnen. Dieser Punkt ist erreicht. Arbeitskämpfe finden üblicherweise dort statt, wo die größte Wirkung erzielt wird. Wo sonst könnte das mitten in der Urlaubshochsaison sein als auf den Flughäfen in Spanien? Der Streik des Sicherheitspersonals auf El Prat in Barcelona und die Streikankündigung der Gewerkschaften für die Mitarbeiter des Flughafenbetreibers Aena landesweit können daher als Auftakt zu einem heißen Herbst gesehen werden. Niemanden würde das wundern. Das Wirtschaftsmodell mit der Privatisierung und Auslagerung von Dienstleistungen zu immer geringeren Kosten und immer höheren Belastungen für die Beschäftigten ist wie der Krug, der so lange zu Wasser getragen wird, bis er bricht. Sollte El Prat nun den Musterfall für kommende Arbeitskämpfe darstellen, dann lässt das nichts Gutes erwarten. Dass hier auf das Instrument der Zwangsschlichtung zurückgegriffen wird, macht einen Mangel an Dialog- und Verhandlungsbereitschaft deutlich.
Ante un otoño caluroso
La economía española sigue creciendo a costa de los trabajadores, y eso, estaba claro que no podía permanecer así. Tenía que llegar el día en que dirían basta. Y ese día, ya lo tenemos ahí. Los conflictos laborales suelen tener lugar ahí donde pueden alcanzar su máxima eficacia. Así que, en plena temporada de verano, ¿dónde mejor que en los aeropuertos españoles? Por tanto, la huelga del personal de seguridad en el aeropuerto de Barcelona, El Prat, y la huelga anunciada por los trabajadores del operador portuario Aena en todo el país, bien podrían marcar el comienzo de un otoño caluroso. Cosa que a nadie cogería por sorpresa. El modelo económico basado en la privatización y externalización de servicios públicos con cada vez menos costes y cada vez más perjuicios para los empleados es como lo del cántaro que tanto va a la fuente, que al final acaba por romperse. Si realmente El Prat acaba por convertirse en un modelo para las luchas sindicales obreras que se avecinan, no hay nada bueno que esperar. El intento de forzar la conciliación por todos los medios, no hace más que evidenciar la carencia de disposición al diálogo y la negociación.