Nach mir die Sintflut
Hochwasserschutz ist hier ein Stiefkind. Die Wasserwirtschaftsämter reinigen die Flussbetten nicht – nicht einmal wenn schon Beschwerden von Rathäusern, Vereinen und Anliegern vorliegen. Und weiter wird unbesorgt in überschwemmungsgefährdeten Zonen gebaut, Flutschutzpläne wie der Patricova des Landes Valencia weisen offensichtliche Lücken und Irrtümer auf. Der Knackpunkt ist eindeutig das Geld. Zum einen die Gier nach den Scheinchen: Verantwortungslose Unternehmer bauten, Rathäuser sahen weg. Zum anderen die Geldknappheit in den Städten und Gemeinden, die jetzt für die Sünden der Vergangenheit aufkommen müssen. Allein in Calp fehlen 47 Pumpen und 130 Kilometer Rohre, weil unzählige Urbanisationen ohne Regenableitsysteme gebaut wurden. Wer soll das bezahlen? Schluss mit der Nach-mir-die-Sinflut-Mentalität! Bei Neubauten muss Hochwasserschutz selbstverständlich werden und die fehlenden Infrastrukturen müssen erstellt werden. Denn die nächste Flut kommt bestimmt.
Caiga quien caiga
La protección contra inundaciones es un sector descuidado. Las Confederaciones hidrográficas no limpian los barrancos, ni siquiera ante quejas de ayuntamientos, asociaciones y vecinos. Para colmo, se sigue construyendo en zonas de riesgo de inundación y los planes de protección como el Patricova de la Comunidad Valenciana tienen lagunas y errores. El punto clave es claramente el dinero. Por un lado está la avaricia que llevó a construir sin responsabilidad alguna y con el consentimiento de los ayuntamientos. Por el otro, tenemos la escasez de fondos en las ciudades y municipios que ahora están pagando los pecados del pasado. Sin ir más lejos, en Calp hacen falta 47 bombas y 130 kilómetros de tubería, muchas urbanizaciones se construyeron sin sistemas de evacuación de aguas. ¿Quién va a pagar todo ésto? Lo primero es acabar con esa mentalidad del "que caiga quien caiga". Cualquier proyecto de construcción debe incluir las infraestructuras de prevención necesarias. La próxima tormenta solo es cuestión de tiempo.