Historischer Schritt
Die offiziell besiegelte Auflösung der gewalttätigen Untergrundorganisation ETA ist ein historischer Schritt. Fast 40 Jahre lang spielten die feigen Attentate eine blutige Rolle in Spanien. Seit 2011 ist Ruhe, trotzdem war es wichtig, dass der letzte Schritt, die Auflösung, erfolgte. Zu viele Versprechen der Terroristen waren gebrochen worden. Erst jetzt dürfte es möglich sein, wirklich an einer langsamen Versöhnung, vor allem im Baskenland, zu arbeiten. Da ist nun die spanische Regierung gefordert. Sie muss Gesprächs- und Verhandlungsbereitschaft zeigen. Sie muss die Häftlingspolitik ändern, obwohl sich Opferverbände und viele konservative Politiker dagegen wehren. Trotz der verständlichen Ablehnung entgegenkommender Gesten, wäre die Verlegung Reue zeigender ETA-Häftlinge ins Baskenland ein Schritt, um politische Lösungen zur Aussöhnung zu finden. Erfahrungsgemäß würde Mariano Rajoy lieber stur bleiben, aber nach dem Theater, das die Unbeweglichkeit in Katalonien angerichtet hat, sollte das Ende des Dramas im Baskenland mit Dialog und politischer Weitsicht gefeiert werden.
Paso histórico
Con la disolución oficialmente confirmada de la organización armada ETA, se ha dado un paso histórico. La huella sangrienta de sus cobardes atentados se extiende a lo largo de casi 40 años. Desde el 2011 reina la calma, pero, aun así, era importante ejecutar el último paso que era la disolución. Demasiadas promesas de los terroristas habían sido incumplidas. Por tanto, será a partir de ahora cuando se podrá empezar a trabajar en una reconcialición de verdad, sobre todo en el País Vasco. También deberá aportar su parte el gobierno español, mostrando su disposición a dialogar y a negociar. Debe cambiar su política con los encarcelados, pese a la oposición de las asociaciones de víctimas y muchos políticos conservadores. A pesar del comprensible rechazo frente a gestos reconciliadores, el traslado al País Vasco de los presos de ETA que se muestran arrepentidos, sería un paso en el camino político hacia la reconcialición. Conociendo a Mariano Rajoy, preferiría no moverse, pero después del esperpento que ha provocado tal actitud en Cataluña, el final del drama en el País Vasco debería ser celebrado con diálogo y visión de futuro.