Mit Verantwortung kaufen
Die Landwirte gehen auf die Straße, weil sie Angst um ihre Zukunft haben. Und mit Recht. Wir, die Konsumenten, entziehen ihnen die Lebensgrundlage. Wir verschwenden kaum einen Gedenken mehr daran, dass wir drauf und dran sind Kulturlandschaften zu opfern, damit wir uns bequem und billig aus dem Supermarkt versorgen können. Unsere Wertschätzung scheint sich auf Einheiten in Cent zu reduzieren. Bedeutet es uns nichts mehr, zum Winterende die Mandelblüte oder zum Sommerende die Weinernte zu erleben? Was aber wäre Jaén ohne seine Olivenbäume und Valencia ohne Orangen? Sicherlich, wir können der EU haarsträubende Fehler bei Handelsabkommen und dem Staat Versäumnisse bei den Erzeugerpreisen zur Last legen. Letztendlich sind es wir, die Konsumenten, die das Schicksal der Bauern bestimmen. Wenn wir auf Plastiktüten verzichten konnten, dann können wir auch Orangen aus Südafrika in den Auslagen liegen lassen und auf landwirtschaftliche Erzeugnisse aus unserem Raum bestehen.
Consumo responsable
Los agricultores se echan a la calle porque temen por su futuro. Y eso, con toda la razón del mundo. Nosotros, los consumidores, les estamos minando sus medios de subsistencia. Poco nos preocupa que estamos a punto de sacrificar vastos paisajes culturales con tal de que podamos seguir con el abastecimiento cómodo y barato de los supermercados. Nuestra consideración parece haberse reducido a unidades de céntimo. De verdad, ¿ya no nos importa nada poder ver florecer a los almendros o la vendimia al final del verano? ¿Qué serían Jaén sin sus olivos o Valencia sin sus naranjos? Claro que podemos culpar a la UE de haber cometido errores espeluznantes en acuerdos comerciales o al estado con los precios al productor. Pero, al final, somos todos nosotros, los consumidores, los que estamos marcando la suerte de los agricultores. Si hemos podido renunciar a las bolsas de plástico, entonces también podemos dejar de comprar naranjas sudafricanas y darles preferencia a los productos agrícolas de nuestra región.