Derecho a su identidad
El conocer su propio pasado es lo más natural del mundo para la mayoría de las personas. Sin embargo, el estado español priva de ese derecho fundamental a unas decenas o incluso cientos de miles de ciudadanos, que de bebés fueron robados por el régimen franquista y la iglesia a sus madres. Solteras, prostitutas, opositoras al regimen, madres, que según la estricta moral católica de entonces, no eran dignas de criar a un niño. ¿Pero porqué a la España moderna, que cree haber dejado atrás hace mucho los valores de aquellos tiempos, le cuesta tanto reconocer la injusticia cometida con los bebés robados? A los afectados a menudo se les dice, que en su caso no hay pruebas de un delito. ¿Pero cómo van a aparecer esas pruebas, si su búsqueda es abortada de antemano? ¿Y cómo se la va a poder pedir cuentas a los autores, si las familias separadas a la fuerza no tienen acceso a la verdad sobre su propio pasado? Un hecho que demuestra también la avergonzante realidad, de cómo los tribunales españoles actúan a la hora de esclarecer estos casos: el primer médico, que jamás fue condenado, fue absuelto por la sospecha de una falsificación de documentos. ¿A quién protege pues la justicia española, a la verdad o a los culpables? ¿A las personas en busca de su propio pasado o a la iglesia y los médicos, que fueron los responsables de las injusticias cometidas?