Polit-Bombe aus Murcia
In Murcia hat eine Bombe eingeschlagen – eine politische. Das Beben und vor allem seine Nachbeben haben die Politik auf den Kopf gestellt, weit über Murcia hinaus. Von Korruption, Mafia, Verrätern und Überläufern ist in Murcia derzeit die Rede. Der kleine Partner der Regierungskoalition und die Opposition haben ein Misstrauensvotum gegen den Landeschef López Miras von der konservativen Volkspartei PP gestellt, und alles sah nach Erfolg aus – zumindest rechnerisch. Die 26 Jahre dauernde Vorherrschaft der Volkspartei, die die meiste Zeit mit absoluter Mehrheit regierte, schien ernsthaft in Gefahr. Aber nur zwei Tage lang. Dann fiel drei Abgeordneten, die gerade den Misstrauensantrag unterschrieben hatten, ein, dass sie doch lieber gemeinsame Sache mit der Regierung machen, wofür sie mit lukrativen Landesministerposten belohnt wurden. Wer 26 Jahre ununterbrochen an der Macht ist, lässt sich so schnell nicht ausbooten und weiß, welche Strippen zu ziehen sind. Das Misstrauensvotum ist zum Scheitern verurteilt. Viel Rauch um Nichts mitten in der Corona-Pandemie. Die einzigen, die einen Machtwechsel herbeiführen können, wenn sie wollen, sind die Wähler. In der Vergangenheit hat sich allerdings gezeigt, dass Korruption, Vetternwirtschaft und Privatisierungen im Gesundheits- und Schulwesen nicht ausreichen, um den Murcianer umzustimmen. Es heißt, in Murcia ist man eben konservativ. Noch.
Bomba política en Murcia
Una bomba ha caído en la Región de Murcia, una bomba política. El terremoto, y sobre todo sus réplicas, han puesto patas arriba la política, mucho más allá de Murcia. En estos momentos se habla de corrupción, mafia, traidores y tránsfugas en Murcia. El socio pequeño de la coalición de gobierno y la oposición han presentado una moción de censura contra el líder regional Fernando López Miras, del conservador Partido Popular PP, y todo parecía abocado al éxito, al menos matemáticamente. La supremacía de 26 años del Partido Popular, que gobernó con mayoría absoluta durante la mayor parte del tiempo, parecía estar en serio peligro. Pero sólo durante dos días. Entonces se les ocurrió a tres diputados que acababan de firmar la moción de censura, que después de todo, preferían hacer causa común con el gobierno, siendo recompensados a cambio con lucrativos cargos políticos. Cada uno asume una Consejería en el Gobierno Regional. Los que llevan 26 años ininterrumpidos en el poder no son fáciles de echar y saben qué hilos mover. La moción de censura está condenada al fracaso. Mucho ruido para nada en medio de la pandemia del Coronavirus. Los únicos que pueden provocar un cambio en el poder, si quieren, son los votantes. Sin embargo, la experiencia pasada ha demostrado que la corrupción, el amiguismo y las privatizaciones en sanidad y educación no son suficientes para hacer cambiar de opinión a los murcianos. Dicen que Murcia es conservadora. Por ahora.