Costa Blanca News

A portrait of Spain

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Knights and adventurer­s

Felipe III heredó un país de extremos: fanatismo religioso, dinero fácil, pobreza extrema y aventurero­s desarraiga­dos. El Nuevo Mundo ofrecía oportunida­des para que la gente escapara de la ley y ganara grandes fortunas. Una nueva clase de nobleza apareció conocida como hidalgos. Existían requisitos complicado­s para ser reconocido como hidalgo de sangre, pero el título a menudo se otorgaba por dinero o como un favor personal del rey.

Felipe III inherited a country of extremes – of religious fanaticism, easy money, grinding poverty and rootless adventurer­s. The new world offered opportunit­ies for people to escape the law and make their fortune. A new class of nobility appeared known as hidalgos. There were complicate­d requiremen­ts to be classed as a hidalgo de sangre, but the title was often bestowed for money or as a personal favour from the king.

Los hidalgos recibieron todo tipo de privilegio­s, incluida una exención de impuestos, y se les prohibió trabajar. Aquellos que se encontraro­n en apuros tenían que recurrir a ganar dinero a través del engaño y el juego. El propio rey, en total contraste con su padre, no se interesaba por los asuntos de estado y pasó su tiempo en la caza y disfrutand­o de espectácul­os como las peleas de animales salvajes, música y baile.

Hidalgos were treated to all kinds of privileges including an exemption from tax and were prohibited from working. Those who fell on hard times had to resort to finding money through deceit and gambling. The king himself, in complete contrast with his father, was uninterest­ed in affairs of state and spent his time hunting and enjoying spectacles of wild animal fights, music and dancing.

Bajo la influencia de su primer ministro, el duque de Lerma, en 1609 ordenó la expulsión de los moriscos de las zonas de la costa mediterrán­ea, especialme­nte Valencia. Los moriscos eran descendien­tes de los antiguos moros y en su mayoría eran personas pobres que trabajaban en la tierra. Se habían convertido nominalmen­te al cristianis­mo, aunque a menudo aún practicaba­n su fe musulmana en privado.

Under the influence of his chief minister the Duke of Lerma, in 1609 he ordered the expulsion of the moriscos from areas of the Mediterran­ean coast, in particular Valencia. The moriscos were descended from the Moorish population and were mostly poor people who worked on the land. They had nominally converted to Christiani­ty, though often still practised their Muslim faith in private.

Fueron forzados a abandonar sus hogares y metidos en barcos cuyos capitanes fueron pagados por llevarlos al norte de África, aunque en muchos casos se los arrojaron al mar para volver a por más y así aumentar las ganancias. La expulsión de los moriscos dejó una enorme brecha en la economía de la región que tardó muchos años en recuperar su productivi­dad y riqueza.

They were forced from their homes and placed on boats which were paid to ferry them to North Africa, although in many cases they were thrown overboard to increase the boat owners’ profits. The expulsion of the moriscos left a huge gap in the economy of the region which took many years to recover its productivi­ty and wealth.

Text from Jane Cronin’s online course “A Portrait of Spain – Un Retrato de España” available at www.janecronin.eu

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