Die Oma verschachern
Als die Gesellschaft für Kriminologie den Tierschutzkongress in Alicante hielt und über die kriminellen Machenschaften beim Tierhandel, von Wildtieren bis Haustieren, gesprochen hat, war mein Empfinden: „Die Kriminellen würden auch noch ihre Oma verschachern.“Zynisch? Es geht weiter. Für einen kleinen Snack ging ich während der Pause in das nahegelegene Einkaufszentrum und kam an einem in Pink dekorierten Laden à la Barbie-Girl vorbei, mit ausgestellten schicken Taschen und weiter unten in der Vitrine – zusammengekauerte, schlafende Hundewelpen. Und ich dachte: Oh, eine Tierhandlung?! Mit Sicherheit wären die Junghunde lieber bei der Mutter und zum Herumtollen an der frischen Luft. Während des Kongresses lautete eine Aussage: „Du musst Tiere nicht lieben, aber respektieren.“Und das trifft den Kern des Problems: Es fehlt an Respekt. Aber solange Tiere als Ware betrachtet werden, steht es schlecht um den Respekt. Und ach ja, auch den mit Tierkriminalität beauftragten Beamten schlägt Lug und Betrug und eine Menge Gewalt entgegen. Entweder man hat ihn oder hat ihn nicht: Respekt. Daniela Schlicht Tras el congreso de la Sociedad Española de Criminología en Alicante sobre los chanchullos criminales en el mercado de animales salvajes y domésticos, me quedó la sensación de que estamos hablando de un tipo de delincuentes que venderían a su propia abuela. ¿Puro Cinismo? No, esto va aun más lejos. Durante el descanso me acerqué a un centro comercial cercano, donde me llamó la atención una tienda decorada de color rosa al estilo muñecas Barbie, y en el escaparate había una combinación de elegantes bolsos al lado de unos cachorritos acuclillados. Por un momento dudé si de verdad se trataba de una tienda de animales. Con toda seguridad, los perritos hubieran preferido estar jugando con sus madres al aire libre. Uno de los mensajes del congreso fue: „No tienes que amar a los animales, pero sí respetarlos.“Y ahí está la clave del asunto: falta el respeto. Un respeto que no habrá, mientras tratemos a los animales como una mercancía. Y sí, tambien los funcionarios responsables de perseguir la criminalidad en este sector se enfrentan a diario a patrañas y a mucha violencia. Y es que, se tiene o no se tiene: el respeto.