Kolosseum mit Zukunft
Die Stierkampfarenen blicken voller Hoffnung in die Zukunft. Wir kennen die Berühmtesten – Las Ventas in Madrid, die Real Maestranza in Sevilla,... – doch in Spanien gibt es Hunderte, auch in kleinen Dörfern. Viele sind wegen ihres architektonischen Werts denkmalgeschützt, fast alle über 100 Jahre alt. Sie sind die einzigen „Arenen“der Welt, in denen der Boden noch aus Sand ist, und sie nehmen einen wichtigen Platz in der sentimentalen Erinnerung des Volkes ein, wurden sie doch meist mit freiwilligen Arbeitskräften errichtet und mit Spenden finanziert. Schon immer waren sie Mehrzweckplätze. Dort traten Zirkusse auf, fanden Boxkämpfe, Dreikönigsumzüge, Tiersegnungen, Konzerte, Meetings statt und wurden sogar DavisCup-Partien ausgetragen. Sie ersetzten schon Sporthallen, Veranstaltungsäle, Kirchen, etc. In den 80er Jahren, als die Stierkämpfe in den mittelgroßen Städten aufhörten, rentabel zu sein, wurden viele Arenen geschlossen oder aufgegeben. Die Plazas de Toro in Villena, Ondara und Orihuela sind die ersten, die in der Provinz Alicante restauriert wurden, weil dort mehr an ihre Zukunftsmöglichkeit als an ihre Vergangenheit gedacht wurde. Ángel García Las plazas de toros miran al futuro con esperanza. Conocemos las más famosas -las Ventas de Madrid, la Real Maestranza de Sevilla...- pero en España hay cientos, también en las poblaciones pequeñas. Muchas están protegidas por su arquitectura de alto valor patrimonial y casi todas tienen más de un siglo de antigüedad. Son las únicas "Arenas" del mundo en las que el suelo todavía es de arena y ocupan un lugar protagonista en la memoria sentimental de los pueblos ibéricos pues se solían construir con trabajo voluntario y financiar con suscripciones populares. Siempre fueron espacios multiusos. En ellas también actuaron circos, hubo combates de boxeo, procesiones, cabalgatas de reyes, bendiciones de animales, conciertos de música, mítines políticos y hasta partidos de tenis de la Copa Davis. Sustituyeron a pabellones deportivos, auditorios, iglesias... En los años 80, cuando los toros dejaron de ser rentables en las ciudades medianas, muchas de ellas cerraron o se abandonaron. Villena, Ondara y Orihuela han sido las primeras de la provincia en ser restauradas pensando más en sus posibilidades de futuro que en su pasado taurino.