Plädoyer für die Sinne
Ökos, Hippies, verrückte Aussteiger – lange Zeit blickte man mit Argwohn auf Menschen, die dem eng getakteten Leben in Städten den Rücken kehrten, um mit anderen in einer Gemeinschaft in der Natur zu leben. Vor dem geistigen Auge tauchten Personen mit Rastas, Jutebeutel und Birkenstock-Sanda- len auf. Spätestens seit der Corona-Krise wird ein Leben im Ökodorf als willkommene Alternative zu den hektischen, angstbeseelten Innenstädten gesehen. Statt sich als Individualist mit ausgefahrenen Ellenbogen durchs Leben zu kämpfen, suchen heute vor allem junge Menschen alternative Lebensformen. Ecoaldeas bieten die Chance, Erfahrungen mit ökologischer Landwirtschaft, Naturmedizin und tiergerechter Viehzucht zu sammeln. Auch der Aspekt des sozialen Miteinanders und einer Kommunikation auf Augenhöhe steht im Mittelpunkt. Natürlich ist nicht jeder für ein solches Leben mit geringem Komfort, Trockentoilette und Solardusche geschaffen. Es stellt sich aber die Frage, ob wir uns nicht zumindest ein Beispiel an diesen Ökodörfern nehmen sollten. Das bedeutet, entschleunigt und bescheiden zu leben, wieder in Kontakt mit Natur und Tieren zu treten. Vielleicht bedeutet das auch, Sinneswahrnehmungen den Vortritt gegenüber materiellen Dingen zu geben. Mancher mag nun argwöhnisch sagen, dass ein Rückschritt in ein schlichtes Leben aufgrund all der Verpflichtungen nicht drin ist. Ein Versuch ist es immerhin wert.
Homenaje a los sentidos
Ecológicos, hippies, buscavidas locos. Durante largos periodos de tiempo, la gente miraba con recelo a aquellas personas que dejaban las ciudades para vivir con otra gente en una comunidad en la naturaleza. En su imaginación aparecieron personas con rastas, bolso de yute y sandalias de Birkenstock. A más tardar, desde la crisis del coronavirus, uno ve la vida en una ecoaldea como una buena alternativa a las ciudades bulliciosas y dominadas por el miedo. En vez de luchar de forma individual dando codazos para salir adelante, hoy en día mucha gente joven busca formas de vida alternativas. Las ecoaldeas ofrecen la posibilidad de experimentar la agricultura ecológica, la medicina homeopática y la ganadería justa. También el aspecto de convivir de una manera más social y comunicarse con los demás mirándose a los ojos, forma parte de esta experiencia. Por supuesto no todo el mundo está hecho por una vida con un confort mínimo, un baño seco y una ducha solar. Pero deberíamos preguntarnos, si uno no podría tomar estas ecoaldeas por lo menos como un ejemplo. Significa vivir de una forma más lenta y humilde, tomar de nuevo contacto con la naturaleza y los animales. Quizás esto significa también que las experiencias sensuales tendrán más importancia que las cosas materiales. Habrá gente desconfiada que dirá que un retroceso no es posible por todas las obligaciones. Por lo menos deberíamos intentarlo.