Zu kurz gedacht
Wer meint, mit polizeilichen Verboten, Massenbesäufnisse wie jene in Marbella aus dem Weg zu räumen, der liegt falsch. Kaum von einem Platz vertrieben, knallen die Korken an einer anderen Ecke. Es handelt sich vielmehr um ein tief verwurzeltes kulturelles Phänomen. Fehlende Perspektiven, Poli- Lena Kuder tikverdrossenheit, das Gefühl in einer schnelllebigen, von Umweltkatastrophen bedrohten Welt keinen Platz zu finden – das mögen einige der Motive sein, die vor allem Minderjährige zum exzessiven Alkoholkonsum führen. Alkohol ist in unserer Gesellschaft als probates Mittel angesehen, Stress zu lindern, Gefühle zu unterdrücken und eine ungezügelte Bestie loszulassen. Fernab jeder Ratio ein tumber Zeitgenosse zu sein, der mal richtig die Sau rauslassen darf. Und dann? Wie sieht die Zukunft von Teenagern aus, deren Eltern auch gern mal ein Bierchen zu viel kippen? Vielleicht wäre es angebracht, den Eltern zu vermitteln, welche Konsequenzen der tiefe Blick ins Glas haben kann.
Se queda corto
Quien piense que se pueden evitar los botellones con acciones policiales, está muy equivocado. En cuanto se echa la gente de un sitio, comenzará la fiesta en otra plaza de la ciudad. Más bien se trata de un fenómeno cultural muy arraigado. La falta de perspectivas, el desinterés hacia a la clase política, la sensación de no encontrar un lugar en un mundo amenazado por catástrofes medioambientales – todo esto podrían ser motivos que lleven, sobre todo a los menores, a consumir alcohol de una forma excesiva. En nuestra sociedad, el alcohol es un medio aceptado para disminuir el estrés, oprimir emociones y liberar la bestia contenida. Lejos de cualquier uso de razón, ser un contemporáneo necio que se permite pasarse de la raya. ¿Y luego qué? ¿Cuál será el futuro de unos adolescentes con intoxicaciones de alcohol, a cuyos padres también les gustar tomarse sus cañas? Quizás sería buena idea, transmitir a los padres qué consecuencias conlleva si ellos también beben más de la cuenta.