Ein Gebot der Vernunft
Geht doch, könnte man sagen. Die Euro-Finanzminister haben es trotz erheblicher ideologischer Differenzen geschafft, sich auf eine gemeinsame Linie zu verständigen. Das Rettungspaket trägt zudem eine deutsche Handschrift: Es ist praktikabel und schnell umsetzbar. Gleichwohl greift es zu kurz.
Dass die Corona-Pandemie für Europa die größte Herausforderung seit dem Zweiten Weltkrieg darstellt, dämmert wohl jedem. Insofern sind die 500 Milliarden Euro ein kleinmütiger Beitrag. Wenn die Hauptlast der Krisenbewältigung aber an den Nationalstaaten hängen bleibt, ist absehbar, was passiert. Sie müssten sich mit enormen Summen verschulden. Hochverschuldeten Ländern wie Spanien würde schnell die Luft ausgehen. Günstige Kredite aus dem Rettungspaket würden diese Entwicklung sogar eher beschleunigen als bremsen. Und dann? Aus diesem Dilemma kommt Europa nur heraus, wenn es sich auf eine politische Lösung besinnt. Die kann nur heißen: Vergemeinschaftung von Schulden.
La ley del sentido común
Sí se puede, se podría decir. El Eurogrupo se ha puesto de acuerdo en una línea común a pesar de considerables diferencias ideológicas. El paquete de ayudas además lleva sello alemán: Es factible y de rápida viabilidad. Aun así, se queda corto. De que la pandemia del coronavirus es el mayor desafío para Europa desde la Segunda Guerra Mundial se deberían haber dado cuenta todos. En este sentido los 500.000 millones de euros son una aportación apocada. Si la carga principal de la superación de la crisis recae en los propios estados, las consecuencias son previsibles. Tendrían que endeudarse con cifras exorbitantes. Países ya muy endeudados como España, rápidamente se asfixiarían. Los créditos favorables del paquete de ayudas incluso acelerarían este proceso en vez de frenarlo. ¿Y entonces qué? Europa sólo puede salir de este dilema si reflexiona una solución política. Y esa sólo puede ser la mutualización de la deuda.