La exótica ecológica
Bueno, la papaya no sabe a mango, ni es un melón aunque se asemeja a su forma y su sabor. Tampoco es tan popular y conocida como otras frutas tropicales como el aguacate o el kiwi. Pese a ello la papaya, que viene de América Latina, tiene mucho que ofrecer. Además de ser saludable y de tener un componente llamado papaína, una enzima que ayuda en el proceso de la digestión, es ecológica. La fruta tropical produce pocos desechos y apenas necesita insecticidas. La papaya consigue su propio producto fitosanitario en forma de una mariquita, la cual se siente muy atraída por la papaya. Este insecto con el cuerpo redondeado se come con gran voracidad todas las arañas rojas del entorno. La araña roja es una plaga temida en la agricultura. El sistema de mariquitas y su papaya funciona tan bien que se están haciendo pruebas para ver si las papayas también se cultivan en plantaciones de cítricos para proteger las frutas de la araña. Además de eso, la papaya ha desplazado al tomate en los invernaderos de la empresa Durán en Mazarrón, en la región de Murcia. Y con éxito. Durán se ha convertido en uno de los mayores productores de papaya en España y uno de los mayores exportadores en Europa. El 90 por ciento de las papayas de Mazarrón están destinadas a Alemania y Suiza. Dadas todas las buenas propiedades de esta fruta, vale la pena probar la papaya. Es versátil, funciona bien en ensaladas, batidos, como guarnición con salmón o en un bizcocho.