Gemeinsam stark
Die Durchimpfung gegen Covid-19 mag schleppend anlaufen, aber unter dem Strich ist sie für die EU ein Erfolg. Ohne die EU wäre vielleicht Deutschland auf einer Höhe mit den USA und Großbritannien, aber Malta, Zypern und Griechenland sicherlich nicht, und Spaniens Talent bei Großeinkäufen mag manch einer nach den Episoden aus der ersten Corona-Welle anzweifeln. Die Impfaktion zeigt, dass eine Staatengemeinschaft auf dem Weltmarkt mehr erreichen kann als die meisten einzelnen Nationalstaaten für sich. Dieses Prinzip der Gemeinsamkeit sollte auch bei der Durchimpfung zum Tragen kommen. Es kann nicht sein, dass bestimmte Bevölkerungsgruppen durchs Raster fallen. Langzeiturlauber aus der EU, die sich etwa in spanischen Urbis gemäß der 183Tage-Regel aufhalten, sollten einen Zugang zur örtlichen Covid-19-Impfung haben. Mit etwas Anstrengung sollte es doch möglich sein, dass EU-Staaten bilaterale Abkommen über eine Abrechnung der Impfung gegen Covid-19 für EU-Bürger schließen – etwa im Rahmen der Notfallbehandlungen oder der sofort notwendigen Leistungen. Dies könnte auch ein erster Schritt sein, das Meldewesen zu überdenken. Ein Unding, dass deutsche Senioren jahrelang hier leben und nicht gemeldet sind. Es kann aber auch nicht sein, dass eine ordentliche Meldung für Deutsche derartig gravierende steuerliche Nachteile mit sich bringt, wie es derzeit der Fall ist.
Juntos más fuertes
La vacunación masiva contra el Covid-19 puede que haya comenzado al ralentí, pero aún así es un éxito para la Unión Europea. Sin ella, puede que Alemania hubiera estado al nivel de Estados Unidos o Gran Bretaña, pero Malta, Chipre o Grecia seguramente no y la capacidad de España para las grandes compras también quedó bastante en entredicho durante la primera ola del Coronavirus. La campaña de vacunación demuestra, que una unión de estados puede conseguir en el mercado mundial bastante más que los estados nacionales cada uno por su cuenta. El principio de la unión también debería estar presente en la vacunación. No puede ser, que algunos grupos poblacionales queden al margen. Turistas de larga duración de países de la Unión Europea, que pasan menos de medio año en sus urbanizaciones, deberían tener acceso aquí a la vacuna. Con algo de esfuerzo tendría que ser posible llegar a acuerdos bilaterales, para que los estados asuman los gastos para sus respectivos ciudadanos - como se hace con los tratamientos de urgencia u otras asistencias que no se pueden demorar. Igualmente habría que repensar el funcionamiento del padrón. No es de recibo, que mayores alemanes vivan aquí durante años sin estar empadronados. Pero tampoco es tolerable, que a aquellos alemanes, que se dan de alta correctamente, se les castigue con unas graves desventajas impositivas, como viene ocurriendo en la actualidad.