Alarmglocken schrillen
Haben Sie sich schon mal gefragt, was passieren würde, wenn es keine Bienen mehr gäbe? Natürlich müssten wir morgens auf das Honigbrötchen verzichten, aber auch Himbeermarmelade gäbe es nicht mehr, und das Müsli wäre ohne Orangen- oder Apfelstückchen ziemlich fad. Überhaupt stünden viele Lebensmittel, die eine gesunde Ernährung ausmachen, nicht mehr zur Verfügung. Denn Bienen sorgen dafür, dass ein Drittel aller landwirtschaftlichen Nutzpflanzen überhaupt gedeihen kann. Dieses kleine Insekt spielt eine bedeutende Rolle zum Erhalt unserer Kulturlandschaft und Landwirtschaft. Die Blütenbestäuber tragen wesentlich zum Erhalt der Artenvielfalt bei. Da sollten alle Alarmglocken schrillen, wenn man sich bewusst macht, dass weltweit immer mehr Bienenpopulationen wegsterben. Dennoch scheint das Bewusstsein über die Tragweite des Problems in den Köpfen vieler noch nicht angekommen zu sein. Man mag sich die Folgen eines weiteren kontinuierlichen Rückgangs der Bienen bei ständig wachsender Bevölkerung gar nicht vorstellen. Nicht nur Wiesen und Wälder würden immer karger, sondern auch die Nahrungsmittelversorgung wäre bedroht. Doch man kann etwas tun. Etwa, indem man bienenfreundliche Pflanzen im Garten oder auf dem Balkon sät, auf Pestizide verzichtet, Bienenpatenschaften übernimmt, oder statt minderwertigem Honig aus Importen wie etwa aus China ökologischen aus der Region konsumiert.
Suenan las alarmas
¿Se ha preguntado usted alguna vez que pasaría si ya no hubiera abejas? Por supuesto tendríamos que prescindir del panecillo con miel por las mañanas, tampoco existiría la mermelada de frambuesas y sin unos trocitos de naranja o manzana los cereales sabrían bastante sosos. En general, muchos alimentos que aportan una alimentación sana ya no estarían disponibles. Y es que las abejas garantizan que un tercio de los cultivos agrícolas puedan crecer. Este pequeño insecto tiene un peso importante en el mantenimiento de nuestros paisajes y nuestra agricultura. Los polinizadores son muy importantes para la conservación de la biodiversidad. Deberían sonar las alarmas al darnos cuenta, que mundialmente se extinguen cada vez más poblaciones de abejas. Pero a pesar de ello, parece ser, que la conciencia sobre la trascendencia de este problema aún no ha llegado a las cabezas de muchas personas. Uno no quiere imaginarse las consecuencias que puede tener un continuo descenso de las abejas en un futuro, tomando en cuenta el continuo crecimiento de la población. No solo habría cada vez menos praderas y bosques, también estaría amenazado el abastecimiento de alimentos. Pero se puede hacer algo. Por ejemplo podemos sembrar plantas en el jardín o en el balcón que atraigan las abejas, prescindir de pesticidas, apadrinar una colmena de abejas o consumir miel ecológica de la región en vez de la miel de poca calidad que se importa por ejemplo de China.