Viel Selbstbeweihräucherung
Wahrscheinlich mochte der Putschist und spätere Diktator Francisco Franco den Faschisten Antonio Primo de Rivera nie wirklich leiden. Seine Exekution hätte Franco möglicherweise mit einem Gefangenentausch abwenden können, doch tot nutzte der mystische FalangeFührer dem pragmatischen General weit mehr Stephan Kippes als lebendig. Ideologisch trennen auch Ministerpräsident Pedro Sánchez Welten von der Falange, nicht zuletzt mussten zahlreiche politische Gefangene dieses Mausoleum Valle de los Caídos aus dem Stein hauen, darunter Republikaner und Genossen seiner 1879 gegründeten PSOE. Trotzdem, Sánchez bediente sich sowohl 2019 als auch jetzt der beiden toten Faschisten, denn die spektakulären Umbettungen aus dem Tal der Gefallenen fanden kurz vor Wahlen statt. Man mag das als pietätlos bezeichnen, man kann das auch als kluge Schachzüge anerkennen. Was von 2019 bis 2023 aber im Valle de los Caídos versäumt wurde, das darf man als Armutszeugnis werten. Der Benediktinerorden weilt noch immer dort und liest Messen für Faschisten wie eh und je. Mit einer Namensänderung das Mausoleum in die Vergessenheit zu schicken, macht daraus keine Gedenkstätte. Es reicht nicht, ein Gesetz zur demokratischen Erinnerung zu erlassen und sich auf die Schulter zu klopfen. Ein Bewusstsein für dieses Kapitel der Geschichte zu schaffen, erfordert Anstrengungen in vielen Bereichen. Was passiert, ist aber vor allem Selbstbeweihräucherung im Vorwahlkampf.
Mucho autobombo
Probablemente el fascista José Antonio Primo de Rivera nunca le cayó demasiado bien al golpista y posterior dictador Francisco Franco. Tal vez Franco podría haber evitado la ejecución de Primo de Rivera con un intercambio de presos, pero al pragmático general el místico líder de la Falange le servía muerto mucho más que vivo. Ideológicamente en las antípodas de la Falange está el Presidente Pedro Sánchez, ya que fueron muchos los presos políticos los que tuvieron que esculpir en roca el monumento del Valle de los Caídos, entre ellos republicanos y camaradas de su PSOE fundado en 1879. Aunque Sánchez, tanto en 2019 como ahora, se ha servido de los dos fascistas muertos, al acontecer las dos espectaculares exhumaciones poco antes de unas elecciones. Se puede entender como una falta de piedad, pero también se puede ver como un movimiento inteligente de ajedrez. Pero lo que se dejado de hacer entre 2019 y 2023 en el Valle de los Caídos es una muestra de incapacidad. Los monjes benedictinos siguen allí, dando misas para fascistas como siempre. Enviar el mausoleo al olvido con un cambio de nombre no lo convierte en un lugar conmemorativo. No basta con aprobar una ley de memoria democrática y darse palmaditas en el hombro. Crear conciencia sobre este capítulo de la historia necesita de esfuerzos en muchos ámbitos. Lo que ha ocurrido es sin embargo un autobombo en precampaña electoral.